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Exposición Equidad en Salud

medicusmundi Sur

Medicusmundi Sur, con la cofinanciación de la AACID (Agencia Andaluza de Cooperación para el Desarrollo) y la obra Social de Unicaja, ha elaborado una exposición y un manual sobre Equidad en Salud, en la que se analizan las causas y consecuencias de las desigualdades en salud relacionadas con la globalización actual.

Disfrutar de un buen estado de salud es el principal determinante para el desarrollo integral tanto de las sociedades como de las personas individuales que las componen. Por lo tanto, no sólo los mecanismos que generan las desigualdades en el desarrollo de las distintas  sociedades suelen ser los mismos que causan la existencia de desigualdades en salud, sino que, además, ambos se refuerzan mutuamente dando lugar a un “círculo vicioso” de enfermedad y pobreza.

El derecho a la salud está reconocido como uno de los derechos humanos fundamentales de las personas. La existencia de desigualdades en salud que son innecesarias y evitables vulnera claramente estos derechos y es causa de sufrimiento para muchos millones de personas. Pero en muchas ocasiones la misma invisibilidad del problema es la causa fundamental de su persistencia. 

Disfrutar de un buen estado de salud es el principal determinante para el desarrollo integral tanto de las sociedades como de las personas individuales que las componen. Por lo tanto, no sólo los mecanismos que generan las desigualdades en el desarrollo de las distintas  sociedades suelen ser los mismos que causan la existencia de desigualdades en salud, sino que, además, ambos se refuerzan mutuamente dando lugar a un “círculo vicioso” de enfermedad y pobreza.

Con esta exposición, se muestra a los estudiantes y profesionales de ciencias de la salud, así como al público en general, que la desigualdad en salud no concierne únicamente a la salud sino que se corresponde con el grado de justicia social de una sociedad y es fiel reflejo de las desigualdades que existen de unos países a otros, de una sociedad a otra e incluso dentro de una misma sociedad y que están relacionadas con la economía, la educación, los cuidados de salud, el género y, por lo tanto, con la política. La exposición está compuesta por diez paneles en los que se abordan las siguientes temáticas:

·              Equidad en salud: La salud de las personas no es el resultado de los cuidados médicos que recibe, aunque estos sean una parte importante de la misma, sino que es consecuencia de cómo y dónde esta persona es concebida, nace, crece, vive y se relaciona, trabaja, enferma y envejece. La mayor parte de los problemas de salud se pueden atribuir a las condiciones socio-económicas de las personas. Una de las causas más importantes de ausencia de salud es la pobreza y, a su vez, no disfrutar de salud, es causa de pobreza. Hablamos de inequidad cuando las desigualdades en salud son sistemáticas (aparecen de manera reiterada entre diferentes grupos socio-económicos) y debidas a causas evitables e innecesarias y, por tanto, injustas e inaceptables. Las inequidades en salud son consecuencia de las desigualdades en la distribución del poder, los ingresos, los bienes y los servicios, tanto a nivel global como nacional.

·              Agua y desarrollo: La salud humana está estrechamente vinculado a toda una serie de condiciones relacionadas con el agua: potabilidad, saneamiento adecuado o la existencia de unos ecosistemas de agua dulce salubres. El acceso al agua potable sea un derecho humano reconocido y la disponibilidad de agua dulce limpia es uno de los problemas más importantes a los que se enfrenta la humanidad hoy en día, y llegará a ser crítica en el futuro si no modificamos nuestra demanda y el uso que hacemos de ella. Hay suficiente agua para todos y todas  por lo que la insuficiencia de agua se debe, principalmente, a un abastecimiento ineficaz y no a un déficit del recurso. El problema con el que nos enfrentamos en la actualidad es, sobre todo, un problema de gobernabilidad: cómo compartir el agua de forma equitativa y asegurar la sostenibilidad de los ecosistemas naturales

 

·              Cambio climático: El impacto del cambio climático, si no se ponen los medios necesarios para frenarlo, se dejará sentir, antes o después y en mayor o menor medida, en todas las regiones del globo. Pero mientras los gobiernos de los países ―especialmente los más industrializados― discuten sobre las medidas a tomar, en los países en desarrollo, habitados por la mayoría de las personas más pobres del mundo, se están enfrentando ya a los efectos negativos del cambio climático. La mayor parte de este impacto no se muestra como sucesos apocalípticos cuyas imágenes, difundidas por los medios de comunicación a todo el mundo, conmueven los corazones de las personas. Los efectos más importantes, los que afectan a las vidas diarias de millones de personas, pasan inadvertidos. Pero la creciente exposición a sequías, tormentas más intensas, inundaciones y crisis medioambientales están frenando los esfuerzos de las personas pobres del mundo por mejorar sus vidas y las de sus hijos e hijas.

Las consecuencias del cambio climático sobre el bienestar y la vida de las personas se relacionan con los efectos sobre muchos determinantes de la salud como la alimentación, la calidad del agua, la vivienda, los asentamientos insalubres, los desplazamientos humanos en masa, la seguridad, etc.,

·              Soberanía alimentaria: Un buen estado de nutrición es esencial para la supervivencia así como para el desarrollo físico e intelectual, la adquisición de habilidades, la productividad, la salud y el bienestar en todas las fases de la vida humana, incluidos los estadios iniciales del desarrollo fetal y la edad adulta. Los rápidos cambios sociales y económicos acaecidos en los últimos años; la expansión en crecimiento de una urbanización caótica con escasos o inexistentes servicios sociales; las pesadas cargas que, en muchas ocasiones, deben afrontar las mujeres rurales; la erosión de la amplia familia tradicional y del apoyo comunitario; la disminución de los recursos de salud, en especial los destinados a la nutrición; el aumento de desastres relacionados con el clima y el deterioro del medio ambiente; los conflictos armados; etc. han hecho que se incrementen las dificultades para asegurar la buena nutrición y la salud  aumentando el  número de familias que padecen inseguridad alimentaria, tanto en zonas rurales como urbanas. Y frente a esto, el mundo se ve afectado en proporciones crecientes por otro tipo de malnutrición: según datos de la Organización Mundial de la Salud, unos 1.600 millones de adultos en el mundo tienen sobrepeso y al menos 400 millones pueden considerarse como clínicamente obesos. A pesar de los esfuerzos de los organismos internacionales, el hambre y la desnutrición siguen aumentando a nivel mundial y, al ritmo actual, muchos países no alcanzarán la meta de reducir a la mitad el porcentaje de personas que padecen hambre para 2015. Hambre y Obesidad comparten espacio en un mundo globalizado.

·              Urbanización: La rapidez de urbanización ha sido especialmente alta en las regiones más pobres, donde el crecimiento de asentamientos irregulares ha provocado la aparición de nuevos problemas ambientales y de salud. Una causa importante del aumento de la urbanización es la migración desde los entornos rurales huyendo de la pobreza. La deforestación, la minería y los proyectos hidroeléctricos son responsables del desplazamiento de millones de residentes rurales a localidades urbanas en busca de trabajo y de una vida mejor. La pobreza de los nuevos migrantes se agrava al desaparecer los medios de subsistencia y los lazos de soporte existentes en las áreas rurales. Los datos procedentes de barrios marginales muestran que las desigualdades dentro de las ciudades están elevadas de manera alarmante, en relación con la situación socio-económica y las condiciones de vida. Aunque, en general, las zonas urbanizadas suelen disponer de mejores servicios que las rurales, una urbanización demasiado rápida, en un contexto de capacidad institucional debilitada y con limitaciones financieras, ha hecho que el desarrollo de servicios e infraestructuras no haya ido en consonancia con el crecimiento de la población en la mayoría de los países en desarrollo. Esto ha dado lugar a la aparición de una economía informal y a la existencia de condiciones de vida y de trabajo precarios, de forma que los y las migrantes se encuentran especialmente afectados por la exclusión social y económica y, a menudo, carecen de acceso a la educación, a los cuidados básicos de salud y a la toma de decisiones. Como resultado, se produce un incremento de problemas ambientales y de salud y un aumento de las inequidades dentro, y entre diferentes ciudades del mundo. El acceso a una vivienda y un alojamiento de calidad, a agua salubre y a servicios de saneamiento es un derecho de todo ser humano y una condición indispensable para una vida sana.

·              Enfermedades crónicas: A menudo se piensa que las enfermedades crónicas, como enfermedades cardiacas, accidentes cerebro-vasculares, cáncer, diabetes y otras, son problemas de salud significativos sólo en los países de ingresos altos. Pero, en realidad, son la primera causa de morbilidad tanto globalmente como en los países de ingresos medios y altos. Sólo en los países más pobres son superadas por el conjunto de enfermedades transmisibles, carencias nutricionales y afecciones perinatales.

Pero el impacto de estas enfermedades en los países en desarrollo está creciendo con rapidez debido, por un lado, al aumento de adultos de edad avanzada y, por otro, a cambios en los estilos de vida a consecuencia de la globalización y de la urbanización: tabaquismo, ingesta excesiva de alcohol, sedentarismo y una alimentación rica en grasas animales.

El mercado global del tabaco, alcohol, los alimentos ricos en grasas, azúcar y sal ha alcanzado a todas las regiones del planeta. El desplazamiento a zonas urbanas ha aumentado el sedentarismo y disminuido las dietas ricas en frutas y vegetales. La persistencia de los factores de riesgo modificables, unida a otros factores que no se pueden variar ―la edad y la herencia― da lugar a los factores de riesgo intermedios: hipertensión, aumento del colesterol, obesidad e hiperglucemia, que originan la mayoría de las enfermedades crónicas.

Las enfermedades crónicas son la primera causa de morbilidad tanto globalmente como en los países de ingresos medios y altos. El 80% de la mortalidad que originan se produce en los países de ingresos medios y bajos. Sólo la enfermedad cardiovascular causó la muerte de cinco veces más personas que el VIH/SIDA.

·              Género y salud: Las diferencias biológicas y de género existentes entre mujeres y varones dan lugar a variaciones en los estados de salud y modos de enfermar de unas y otros. Los problemas sanitarios de las mujeres comienzan incluso antes del nacimiento y las acompañan durante todo su ciclo vital, con mayor o menor gravedad dependiendo de la sociedad en la que vivan. Sin embargo, los estudios sobre prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades, exceptuando los referidos a los sistemas reproductivos, se han realizado fundamentalmente en hombres generalizándose después los resultados a las mujeres.

Las normas y valores que definen el género no son inmutables. Evolucionan con el tiempo, varían de forma importante de un lugar a otro y son susceptibles de cambio. Ser

conscientes de su existencia es el primer paso para hacerlas cambiar. Por tanto, las mujeres y los varones deben trabajar juntos para lograrlo partiendo del convencimiento de que las consecuencias negativas que las diferencias e inequidades de género tienen para la salud de unos y otras pueden ser modificadas.

·              Nuevas tecnologías: La educación, el conocimiento, la información y la comunicación son esenciales para el progreso, la iniciativa y el bienestar de los seres humanos. Es más, las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) tienen inmensas repercusiones en prácticamente todos los aspectos de nuestras vidas. El rápido progreso de estas tecnologías brinda oportunidades sin precedentes para alcanzar niveles más elevados de desarrollo. La capacidad de las TIC para reducir muchos obstáculos tradicionales, especialmente el tiempo y la distancia, posibilitan, por primera vez en la historia, el uso del potencial de estas tecnologías en beneficio de millones de personas en todo el mundo. Las TIC son instrumentos poderosos que pueden ayudar a combatir la pobreza, empoderar a grupos en desventaja y promover la salud. De hecho, una de las áreas en las que la salud presenta actualmente el mayor crecimiento es en la llamada e-Salud, es decir, la utilización de las TIC en la salud que ofrecen muchas oportunidades, como es poder disponer de herramientas ágiles para monitorizar el estado de salud de una población y detectar la existencia de desigualdades en la misma mediante los datos de natalidad, morbilidad y mortalidad; monitorizar y evaluar los servicios sanitarios; disponer de registros de medicamentos y crear sistemas electrónicos de datos de salud de los y las pacientes. El disponer de unos sistemas básicos de registro de datos es esencial para valorar la existencia de desigualdades y desarrollar intervenciones más efectivas.

·              Globalización: Los medios de comunicación actuales permiten una transmisión casi instantánea de información, así como el desplazamiento en masa de personas, bienes y animales, en pocas horas, de un punto a otro del planeta. Esto ha dado lugar a lo que se ha llamado “globalización”, o lo que es lo mismo, que cualquier persona, esté donde esté, podría utilizar y disfrutar los beneficios que el desarrollo proporciona. Pero aunque es cierto que la “globalización” ofrece oportunidades, también plantea nuevos desafíos – y amenazas – a todos los países del mundo y, especialmente, a los países en desarrollo.

Las enfermedades infecciosas continúan siendo la primera causa de morbilidad y mortalidad en los países más pobres del mundo. Pero otro tipo de problemas de salud está surgiendo como consecuencia de la urbanización creciente y descontrolada, el envejecimiento de la población y la adopción en los países en desarrollo de estilos de vida “occidentales” que acarrean un incremento de los factores de riesgo cardiovascular y de enfermedades mentales. El progresivo aumento de estos problemas de salud, hasta ahora ignorados en muchos países en desarrollo, plantea un nuevo reto para muchos sistemas sanitarios que se encuentran ya gravemente deteriorados.

·              Sistemas de salud: La finalidad de un sistema de salud es proteger la salud de las personas y mejorar su calidad de vida, reducir las desigualdades e inequidades, orientar los servicios a las necesidades de la población y brindar protección financiera frente a los riesgos y las consecuencias de enfermar, respetando en todo momento la dignidad y autonomía de las personas y garantizando su derecho a la confidencialidad. El grado de salud de una población es el resultado de la interacción de muchos determinantes, uno de los cuales es el sistema de salud que se ocupa de dicha población. Los sistemas sanitarios pueden lograr cambios muy importantes en la salud y son cruciales en la promoción de una mayor equidad en salud debiendo de tratar de igual manera a todas las personas con la misma necesidad sanitaria, dando preferencia a aquellas con las mayores necesidades —personas pobres, discapacitadas, ancianas, con mala salud y minorías étnicas y, en algunas zonas, a los niños y mujeres—para reducir las desigualdades en salud.

                                                                                                                                                            

Se acompaña de una guía para el público general en la que se explican con más detalle los temas de la exposición, y de un libro sobre Equidad en Salud, dirigido a profesionales y estudiantes de disciplinas sanitarias así como a cualquier persona interesada en profundizar en las distintas temáticas, que puede descargarse libremente desde la web de medicusmundi.

 

                                                                 

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