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8M, Día de la Mujer : porque el mundo aún no es de color violeta

La brecha salarial es más honda en el Sector de la Salud: 23,1, cuando la media en España es del 14,2

Pocas fechas del año tienen tanto éxito, incluso antes de celebrarse. La razón es que los temas que aborda la desigualdad de género (brecha salarial, discriminación laboral, cuidados familiares, violencia de género) llevan abiertos todo el año. Nunca se cierran. Este año las mujeres se concentran en una movilización sin precedentes, y España se situará a la cabeza del feminismo mundial.

Si el 2018 puso en la agenda del debate público temas como el acoso laboral (#metoo), que hasta ese momento no estaban visibilizados a escala mundial, en 2019 se aspira a conseguir ya resultados concretos. Si no hemos sido capaces de hacerlo en 50 años de lucha por la igualdad, debemos proponernos objetivos precisos a corto plazo. Y si la sociedad en su conjunto está de acuerdo con que existen desigualdades y discriminación femenina, ¿por qué no se están consiguiendo todos los resultados deseados?

Factores que influyen en la brecha salarial

En la Unión Europea, las mujeres representan ya más del 60% del total de quienes se gradúan en la  Universidad. Por lógica, también tendrían que tener más y mejor remunerados puestos de trabajo. Pero las estadísticas nos confirman que no es así. La brecha salarial en Europa es del 16,2% y en España del 14,2%. Esta brecha implica un mayor riesgo de pobreza que se agudiza en la jubilación. Puede llegar a haber hasta un 36% de diferencia en las pensiones.

Los factores que influyen en la brecha salarial son múltiples: trabajos de media jornada (debido a responsabilidades familiares), no conseguir romper el Techo de Cristal por pura discriminación, trabajos en sectores peor remunerados (el sanitario a la cabeza, educación, servicios sociales), responsabilidades adicionales de los cuidados familiares y del hogar, por lo que interrumpen sus carreras o las tienen que abandonar.

Medidas que se toman en la Unión Europea

Las medidas que la UE propone para aplicar en este 2019, en lo relativo a conciliación laboral, son diez días de permiso para padres tras el nacimiento de un hijo; 4 meses de permiso no transferible para cada progenitor; patrones flexibles de trabajo por resultados (no por horas presenciales); sistemas impositivos que no penalicen la paternidad; mayor inversión y más en ayudas a progenitores como guarderías, y garantías de protección contra la discriminación y el despido de cuidadores y progenitores, incluyendo embarazadas y trabajadores que vuelven tras una baja por paternidad.

Hay otras medidas más generales como incrementar la participación de la mujer en el mercado laboral y reducir la brecha entre mujeres y hombres en salario y pensiones para evitar el riesgo de la pobreza femenina; promover la igualdad en la toma de decisiones; luchar contra la violencia contras las mujeres y proteger y apoyar a las víctimas; promover la igualdad de género y los derechos de las mujeres en todo el mundo.

Estas medidas no se aplican en muchas empresas. Hay muy buena voluntad, pero sabemos que cuentan otras prioridades y se olvida la igualdad. En este 2019 parece haber llegado el momento de dar un salto, y que Gobiernos e instituciones públicas pasen de “recomendar” a “legislar” a establecer además  sanciones o/y penalizaciones para que las medidas proigualdad sean efectivas.

La brecha salarial del sector salud

Si estudiamos las diferencias por sectores productivos, diversos estudios concluyen que uno de los sectores que más ahonda en la brecha salarial es el de la salud, con una brecha salarial que se dispara hasta el 23,1 (1). La revista científica The Lancet concluye que las mujeres están infravaloradas en este sector. Según el editor Jocalyn Clark “las mujeres están en desventaja dentro de la ciencia, la medicina y el sector de la salud en general. La equidad de género en la ciencia no es solo una cuestión de justicia y derechos, sino que es crucial para producir la mejor investigación y la mejor atención para los pacientes”. Otro análisis realizado por la Escuela de Medicina Tropical de Londres detecta que el número de mujeres supera con creces al de hombres en los niveles inferiores con salarios bajos, pero disminuye en los puestos directivos o especialidades como cardiología (2). Si a publicaciones médicas vamos, los documentos en los que figura una mujer como autora tienen más posibilidades de incluir diferencias de género tras analizar 11,5 millones de artículos médicos de investigación entre 1980 y 2016. Uno de los autores, Vincent Larivière confirma que "las disparidades de género en este sector tienen consecuencias para la salud de toda la población”

En medicusmundi trabajamos por la igualdad con proyectos con las mujeres y para las mujeres.

Desde medicusmundi trabajamos para hacer realidad la igualdad de género, igualdad de oportunidades, la  igualdad de funciones y en consecuencia, la igualdad de sueldos. Trabajamos por la igualdad con proyectos. Muchos de los que desarrollamos en los países del Sur están enfocados en esta dirección. Por ejemplo  Koulikoro -Mali- funciona con buenos resultados un proyecto de cooperación orientado a la autonomía y a la mejora de las condiciones socioeconómicas de un grupo de mujeres viudas de edad avanzada (entre 65 y 85 años) en su trabajo en un huerto cercano al río Níger, su único medio de subsistencia. Se mejoró su calidad de vida y estado nutricional con la compra de nuevas semillas, alfabetización, y formación en contabilidad, asociacionismo, liderazgo y responsabilidad asociativa; además recibieron la asesoría de expertos agroeconomistas que mejoraron la productividad de la huerta gracias a un cambio de diseño en su explotación. (http://medicusmundi.es/es/proyectos/200/esfuerzo-cultivadoras-mujeres-viudas-Mali).

En esta zona  de África también se desarrollan proyectos de educación para mujeres donde se trabajan aspectos como psicomotricidad, lectura, escritura, apoyo en las aulas para la superación del curso; clases de informática orientadas a alumnas de liceos; becas de formación profesional y universidad, que permitan a estas mujeres terminar su educación y tener unas mejores perspectivas profesionales.

El proyecto Isuku Hose en Ruanda ha incorporado a las mujeres de las cooperativas como agentes transformadoras de las comunidades para el proyecto de promoción socioeconómico “Dukore Tujye Imbere”.  Se trabaja con ellas aspectos relacionados con la higiene y el saneamiento en el distrito de Kamonyi.

Fomentar los derechos de las mujeres de poblaciones nómadas dedicadas al pastoreo es el objetivo de otro proyecto que desarrollamos en África. En esta ocasión en Somalia. Es una manera de mejorar el acceso de las mujeres a medios económicos, mediante la creación de cooperativas de ahorro y crédito, así como dos cooperativas de carne. El objetivo es que ellas cuenten con autonomía económica.

En el sur de Quito -Ecuador-, gracias a un proyecto en colaboración con la Fundación Casa Matilde, las víctimas de violencia de género tienen una asistencia integral, no sólo en los aspectos legales o médicos para superar tanto la violencia psicológica, como la física (38%), la sexual (25,7%) y  finalmente la violencia patrimonial (16,7%).

Tenemos muchos más proyectos en marcha. Y también la convicción de que este 8M será trascendental. Porque, ahí están los indicadores y la realidad tozuda, el mundo no es aún de color violeta. Por eso desde medicusmundi invitamos, por la salud de todos, a mujeres y hombres, a hombres y mujeres, a dar juntos el gran salto. Y eliminar juntos la brecha.