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Contra la Trata de Personas

El Día Mundial de la Trata de Personas se creó hace apenas seis años para sensibilizar y tomar conciencia de la magnitud de un problema cada vez más grande: la trata de seres humanos. Hoy pedimos a nuestros gobiernos que actúen. 

Los motivos son variados. Explotación sexual, explotación laboral, tráfico de órganos, adopciones ilegales, matrimonios forzosos, mendicidad o niños soldados. Está claro que es uno de los negocios más lucrativos que existe en el mundo, con más de tres mil millones de beneficios al año, que se nutren de los sectores de población más vulnerables.

Los niños son un treinta por ciento de la trata de seres humanos, pero las mujeres y las niñas conformarían el setenta por ciento restante según datos de la oficina de Naciones Unidas contra la droga y el delito. 

Todos los países están involucrados de una manera u otra en la Trata de Personas, ya sea como país de origen, tránsito o destino con 500 rutas de Tránsito detectadas.

La verdad es que de esta barbarie nadie está exenta de peligro, aunque hay factores de riesgo. Los económicos, con factores como la falta de trabajo o la pobreza, los sociales y culturales como la violencia, el acoso o el nivel educativo. Finalmente, hay raíces psicológicas por antecedentes de abusos o baja autoestima. A esto hay que añadir los conflictos armados o el  resultado del cambio climático con desastres naturales que provocan oleadas de grandes migraciones de personas sin derechos y expuestas a los traficantes de seres humanos. También los gobiernos con deportaciones masivas dejan sin protección y sin derechos a poblaciones vulnerables.

Por eso el lema de este año es pedir a los gobiernos de todo el mundo que se involucren mucho más y actúen en la lucha contra la trata de personas siguiendon los protocolos  de la Naciones Unidas y reforzando o creando leyes que castiguen y persigan a estas mafias, al tiempo que den protección a las víctimas.