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La importancia de la Atención Primaria en la detección de víctimas de la mutilación genital (MGF)

Raquél Páez, pediatra en Atención Primaria: "Somos clave en la prevención y detección. Somos un observatorio privilegiado ya que conocemos las familias y sus dinámicas". No olvidará jamás el impacto vivido cuando atendió a su primera niña mutilada. Y la satisfacción de haber logrado que no se le practicara la mutilación a la hermana pequeña, que hoy tiene 16 años.

La globalización con sus numerosos movimientos migratorios en el mundo ha hecho que la Mutilación Genital Femenina (MGF) esté en permanente diáspora. El continuo aumento de los procesos migratorios regulares y no regulares que empiezan a incrementarse a partir de los años 70 ha hecho que la MGF esté presente también en los llamados países occidentales, incluido España.

Desde que se detectaron los primeros casos en Cataluña en 1993, la sociedad civil, profesionales de la salud e instituciones intentaron abordar esa realidad. De hecho, desde 2015 existe un protocolo común para actuar desde el Sistema Nacional de Salud con el propósito de erradicar esta forma de violencia contra las niñas. Casi todas las Autonomías cuentan ya con protocolos de actuación.

Según el European Institute for Gender Equality en un estudio publicado en el 2019, en España existen cerca de 3.700 niñas entre 0 y 14 años en riesgo de sufrir la ablación o mutilación. Y se estima en alrededor de 9.500 las mujeres afincadas en España que se han sometido a algún tipo de mutilación genital.

“Los pediatras de atención primaria somos claves en la prevención y la detección de la MGF. Somos un observatorio privilegiado dado que conocemos las familias y sus dinámicas. Pero eso requiere formación específica, ya muy implantada en nuestro contexto laboral. Es fundamental conocer los protocolos y los algoritmos de actuación ante los distintos escenarios de riesgo, así como los manuales y las guías de aplicación del compromiso preventivo”.

Habla Raquél Páez, pediatra que lleva toda su vida profesional dedicada al abordaje de la MGF en Atención Primaria, desde las prácticas pediátricas realizadas en Barcelona. Allí atendía a una numerosa población subsahariana, por lo que realizó varias formaciones en MGF. Actualmente sigue ejerciendo su trabajo de pediatría en Chinchilla (Albacete).

Explica la doctora Páez que sus manuales de cabecera son los de la Fundación WASSU-UAB y el protocolo para la prevención de la MGF del Instituto de la Mujer de Castilla la Mancha. Actualmente sigue formándose. El último curso lo ha realizado hace pocos meses en la Universidad de Castilla-La Mancha.

La Atención Primaria y los centros de salud, por su cercanía a las familias y por el seguimiento que les pueden hacer, constituyen el marco fundamental para detectar tanto el hecho consumado de la MGF como para prevenir las situaciones de riesgo. Por ello Raquel Páez insiste en la necesidad de formarse:” Creo que los profesionales sanitarios y en concreto los pediatras debemos atender, abordar y tener capacidad formativa en el área de la detección y valoración del riesgo (relativo inminente) así como para tratar y disminuir en lo posible los efectos de la MGF en las niñas/adolescentes que ya han sido víctimas de esta práctica. Indudablemente la MGF es un problema de Salud Pública y una forma de violencia hacia las menores, por lo que es obligatorio tener formación y capacitación para poder dar respuesta desde nuestras consultas”.

EVITAR JUDICIALIZACIÓN

Ante la pregunta sobre cómo abordar los protocolos frente a una víctima, la pediatra sigue las guías de actuación, evitando la judicialización y la confrontación como primera respuesta. No se puede olvidar que puede estar delante de un riesgo grave de vulneración de derechos humanos. “Con empatía, pero sin olvidar la firmeza, debe acompañar a la familia en un camino de sensibilización al tiempo que identifica la situación de riesgo. Necesitará varias consultas para contextualizar ese riesgo, abordar las normas culturales, las actitudes de los padres e informar de los riesgos para su salud, junto con unas revisiones pediátricas planificadas”.

También tienen la obligación de advertir a la familia del riesgo legal que corren los padres o tutores. La jurisdicción española es competente para perseguir la MGF realizada tanto dentro como fuera del territorio nacional y constituye un delito de lesiones tipificado en el Artículo 149. 2 del Código Penal y que, como delito público, es perseguible de oficio sin necesidad de denuncia previa.

LA CUARTA HERMANA PUDO SER SALVADA 

Sobre las secuelas físicas y psicológicas que ha observado en niñas y mujeres adultas, Páez expone: “De las secuelas más frecuentes de las que me han hablado las madres cuando abordamos el tema de su mutilación tras un recorrido largo en el tiempo de confianza, son las dificultades y los dolores en las relaciones sexuales. Otros como las hemorragias y las dificultades durante el parto y el puerperio.

Las niñas que yo he atendido mutiladas, afortunadamente pocas, no me han referido sintomatología alguna, quizá porque son pequeñas y no son todavía conscientes de las futuras secuelas, pero en consulta se percibe que son niñas muy temerosas a la hora de ser exploradas. Recuerdo la primera vez que atendí a una niña mutilada y fue un impacto que no olvidaré jamás. Era la tercera de 4 hermanas, todas mutiladas menos la pequeña, recién llegadas de Mali. Lo positivo fue que la cuarta, actualmente de unos 16 años, conseguimos que no fuera mutilada, tras un acompañamiento estrecho y empático con ambos progenitores, con la ayuda del centro educativo, servicios sociales de atención primaria y centro de salud.

Lo positivo actualmente, bajo mi punto de vista, es que las madres están más empoderadas a negarse a mutilar a sus hijas, sin perder el respeto a sus tradiciones y a sus orígenes. Y son más conscientes, quizá por su occidentalización y por las secuelas que han sufrido, de que sus hijas ya no sólo pertenecen a sus grupos tribales, sino a una sociedad donde esas prácticas están prohibidas por las consecuencias personales que tienen”.

CONTEXTO COVID

Ante las dificultades sufridas en el contexto Covid, organizaciones internacionales que trabajan para la erradicación de la MGF advierten que el cierre de escuelas, las crisis económicas y la falta de medidas de protección social como consecuencia de la pandemia van a producir mayor riesgo de MGF en los países donde se sigue realizando esta práctica.” Pero en España desconozco si hay datos... Desafortunadamente es posible que se hayan suspendido casos en seguimiento o casos en que no se haya podido detectar posible riesgo inminente por la sobrecarga de trabajo, la disminución de la consulta presencial, etc. Aunque, por otro lado, la disminución de viajes internacionales ha significado de algún modo a su vez la protección de niñas residentes en España. Yo personalmente, durante este periodo, no he abierto ningún protocolo nuevo ni he detectado ningún caso en menor recién llegada de países de origen. Me parece de vital importancia que se reactiven la implantación y la inversión de programas contra la mutilación genital femenina y los matrimonios forzados infantiles suspendidos o disminuidos como consecuencia de la pandemia Covid”.

LOS PROFESIONALES DE LA SALUD ANTE LA MGF

“Los profesionales de la salud debemos profundizar en las raíces de la MGF, el contexto en el que se produce y las consecuencias para su salud y su trayectoria vital como madres y mujeres. Y requiere de un enfoque transcultural por ser una cuestión íntimamente ligada a la identidad de estas mujeres. Supone acceder a una de las vivencias más íntimas y dolorosas que han sufrido, experiencias profundamente imbricadas con su pertenencia al grupo y, por lo tanto, requiere un trabajo empático de acompañamiento con la idea preventiva de retirar todas las prácticas lesivas que sufren las mujeres y niñas por el mero hecho de serlo, desde la participación y liderazgo de ellas mismas” afirma la pediatra Raquel Páez, como epílogo y despedida.

medicusmundi está involucrado en procesos en defensa de la Atención Primaria, y queremos destacar las áreas desconocidas al gran público de los que se ocupa la AP para resaltar su enorme importancia, también a la hora de proteger los derechos humanos , y en este caso, los derechos de la mujer. 

Asimismo, desde medicusmundi llevamos treinta años luchando contra la MGF en los países donde se practica, atendiendo a mujeres y niñas victimas intentando mejorar su salud y concienciando a la sociedad de la necesidad de acabar con esta práctica que atenta contra la vida y la dignidad de sus mujeres. Actualmente trabajamos en la región de Sikasso, Mali, con un  proyecto de apoyo a la lucha contra la mutilación genital femenina y el matrimonio infantil en el círculo de Yanfolila bajo el enfoque de derechos humanos y de interculturalidad.

Muchas gracias a Raquel Páez por facilitarnos la información desde el enfoque de la Atención primaria, y por supuesto, por compartir sus experiencias.