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Sangra Malí: violencia étnica y barbarie yihadista.

Caía la tarde cuando unos 50 hombres armados llegan a la aldea de Sobame Da en motos y camionetas, rodeándola y comenzando a disparar y quemar todo cuanto se cruzaba , nadie estaba a salvo ni mujeres, ni niños, ni personas mayores , ni ganado …. Todo ha sido prácticamente aniquilado y arrasado.

En medicusmundi Sur se recibía hace unos días noticias de Amaga Dolo, nuestro coordinador en Malí, contando  horrorizado que su pueblo había sido atacado el pasado domingo y que varios miembros de su familia habían sido asesinados. Él es de etnia Dogon, al igual que los  35 muertos, entre ellos 24 menores ( confirmados oficialmente) , que ha dejado el último ataque armado en la aldea de Sobame Da, un enclave rural situado al este del municipio de Sangha en el círculo de Bandiagara, región de Mopti en el centro de Mali.

El ataque tiene demasiadas semejanzas con el acontecido  el  pasado mes de marzo en Ogossagou, donde fueron masacrados 160 Fulani de la etnia Peuls quemados con gasolina y donde  los asaltantes   mataron todo lo que se movía. Es tanta la similitud entre ambos episodios que parece imposible que no se pueda hablar de venganza. Sin embargo,  hablar sólo de vendetta en esta crisis es quedarse en la superficie de un conflicto  multifactorial que ha ido elevando su tono y recrudeciéndose en los tres últimos años, pasando de ser una lucha intercomunitaria, histórica y que en muchas ocasiones se resolvía con pequeñas escaramuzas y negociaciones , a convertirse en una guerra abierta y descontrolada  en la que no se duda en hablar de limpieza étnico-religiosa por ambas partes , con grupos locales paramilitares de autodefensa armados en ambos bandos  y con el fantasma del yihadismo islámico sobrevolando el conflicto .

Además  de las víctimas mortales, nos cuenta Amaga , hay heridos que llegaron al Centro de Salud Comunitaria de Sangha para recibir primeros auxilios. El médico responsable de la URENI, el doctor Amadou Natoumbé de la ONGD medicusmundi,  habló con los  heridos que podían hablar.

Uno de ellos cuenta que  " El ataque comenzó alrededor de las 5 pm del domingo, y terminó alrededor de las 3 am del lunes,  el ejercito  llegó alrededor de las 4 am después de que los atacantes se hubieran marchado, mientras estaban en Diankabou, a 17 km del pueblo de Sobame Da ,   fueron  alertados del inicio del ataque por parte de los notables ".

 Otro relata: "Los atacantes eran numerosos, varias decenas. Algunos a pie, otros en motocicletas y otros en vehículos piK-up  con armas.  El tiempo amenazaba con viento de arena que soplaba fuerte y la gente buscaba protección contra el viento. Los atacantes rodearon entonces la aldea e hicieron uso de las armas (algunas de ellas automáticas) para asesinar a los miembros de la resistencia o a los que intentaban escapar. Realizaron registros sistemáticos de todas las familias para robar todo lo que tenemos como bienes (dinero en efectivo, animales, etc.) antes de prender fuego a muchas casas, con civiles dentro (ancianos, mujeres y niños) y los graneros ".

Otra de las pocas personas superviviente dijo a las autoridades:  “ reconocí a algunos, eran tres agresores que se presentaron en nuestra familia, uno de los atacantes apuntó el arma contra mí, el segundo le pidió que no me quitara la vida, porque tiene una deuda conmigo. Este último bajó el arma y me perdonaron  la vida.”   Conocía  el nombre y apellidos y a las familias de los tres atacantes que procedían de las aldeas Peul vecinas.

 “ Descubrí 95 cuerpos. Y sólo quedaban 50 supervivientes. ¡De las aproximadamente 300 personas que viven en Sobame Da! ¿Dónde están los demás? » se pregunta conmocionado,  Ali Dolo, alcalde de Sangha, municipio del que depende este pueblo dogón, por la escena de horror que encontró el lunes 10 de junio cuando visitaba el lugar.  Muchos creían que  el número de personas desaparecidas podía ser incluso  mayor que el número de muertos ya que siguen apareciendo cuerpos completamente calcinados entre los graneros y bajo los escombros de las casas, aunque las cifras eran poco fiables dada la confusión de los primeros momentos.

Amaga Dolo , coordinador  de medicusmundi en Mali,  conoce bien el pueblo por haber pasado mucha de sus  vacaciones con sus parientes cercanos que residen allí , alguno de los cuales han muerto en el ataque y con los que aún siguen vivos, nos cuenta que ha podido comunicarse y que le aseguran que la situación es horrible y nos comenta que esto no ha hecho más que empezar y  llegan noticias de nuevos ataques a otras aldeas dogon con el mismo modus operandi.

Al terminar nuestra conversación con él, nuestro compañero se despide con un estremecedor  :

 Que DIEU protège le Mali ¡!! .