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Luchando contra la viruela del mono con las EPIs del Covid

Así luchamos contra la Mpox desde medicusmundi en RCCongo, que concentra el 90% de los casos. Se ceba con niños y mujeres cuidadoras. Se necesitan más de 10 millones de vacunas en el continente africano y acelerar el Tratado Pandémico.

Provincia de Haut Uélé, RDCongo. “Ante la crisis sanitaria del Mpox [la viruela del mono], habría que canalizar el apoyo occidental, la aportación de fondos y medicamentos, a través de las organizaciones de la sociedad civil para llegar a la población”. Así vive esta crisis sanitaria el representante de medicusmundi en la República Democrática del Congo, François Zioko Mbenza, donde a mediados de agosto el gobernador declaró una epidemia de Viruela del Mono en toda la provincia. 

Desde nuestro proyecto en el país africano, el principal beneficiario – Sanru- ha solicitado datos epidemiológicos para preparar el apoyo en respuesta a esta epidemia. Por el momento, los equipos de protección individual proporcionados para luchar contra la COVID-19 se están distribuyendo en las zonas de salud. Estas EPIs pueden contribuir a la lucha contra la Mpox ayudando a romper la cadena de transmisión.

“Tras la declaración por parte de Gobernación de epidemia en la región a finales de agosto, las autoridades trabajan contra reloj en el plan de emergencia, donde participamos en las reuniones de los comités provinciales de esta lucha en la ciudad-provincia de Kinshasa y en la provincia de Haut-Uélé”, explica nuestro compañero de medicusmundi François Zioco. Y añade que los esfuerzos de las autoridades van encaminados a reforzar la vigilancia epidemiológica, proporcionar formularios para el seguimiento de los casos y reforzar la comunicación dirigida a la población para evitar contagios. Se ha elaborado un presupuesto provisional de 1.650.000 US$, para el que se está buscando financiación con urgencia.

“Por el momento, si bien se están inventariando los suministros médicos, sabemos que faltan, entre otras cosas, kits de recogida de muestras para el Mpox, recursos para el coste del transporte de las mismas desde el lugar de muestreo hasta el lugar de análisis, insumos para el cribado, equipos de protección individual, equipos de desinfección y esterilización. Y por supuesto, medicamentos para tratar el Mpox, más en concreto, VACUNAS”, concreta François Zioko.

En la RDCongo la viruela del mono se puede considerar una enfermedad endémica, y desde hace dos años los casos han ido subiendo muy rápidamente. Es sabido que RDCongo alberga el 90 % de los casos en el mundo (según la OMS) gracias a la variante Clade 1, que es más trasmisible y un 3% más mortal. Desde enero de 2023 se han notificado 27.000 casos y 1.300 fallecidos (según datos del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de África, CDC África). La mala noticia es que aumentan mucho más rápidamente en niños (ellos juegan, tienen mayor contacto físico y tocan más), y en mujeres (como cuidadoras) que en hombres. 

En el resto de África, otros 10 países contabilizan casos si bien en mucho menor volumen: Benín, Camerún, República Centroafricana, Gabón, Costa de Marfil, Liberia, Nigeria, República del Congo, Sierra Leona y Sudán del Sur. Desde el 1 de enero de 2024, ha habido 21.500 casos de mpox y 591 muertes en toda África.

En agosto la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el brote como una emergencia de salud pública de importancia internacional (ESPII), el nivel más alto de alerta global de la OMS, lo que lo reconoce como una amenaza vírica para el resto del mundo. Por lo tanto se requiere movilizar recursos coordinados a nivel internacional para su prevención. Y en África, para frenar la epidemia se necesitan más de 10 millones de dosis de vacunas según los Centros Africanos para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). El precio de la vacuna ronda los 100 euros por dosis (siendo necesarias dos dosis), así que, como pasó con las vacunas contra la Covid-19, somos conscientes de que los países africanos no se lo pueden permitir: “un precio inaccesible para la mayoría de los países africanos”, según comentó un portavoz del CDC Africa. Volvemos a ser dependientes de donaciones para controlar una epidemia que afecta a todo el planeta.

Mientras tanto, los países ricos acaparan millones de vacunas, según un artículo publicado por Reuters. Y prometen donaciones, muy pequeñas respecto a lo que almacenan. Japón puede donar hasta 3,5 millones de dosis (no se sabe cuántas tiene), Canadá donará 200.000 dosis (tiene más de dos millones en sus reservas, según MSF Canadá), Estados Unidos donará 60.000 dosis de las que ya han llegado 10.000 a Nigeria ( y almacena las suficientes dosis para la población americana, sin querer revelar la cantidad exacta), la Comisión Europea ya ha entregado 100.000 dosis y se espera que entregue otras 100.00 próximamente. Procedentes de Francia, Alemania, España, Malta, Portugal, Luxemburgo, Croacia, Austria y Polonia llegarán a los países afectados otras 351.500 dosis.

En definitiva, este goteo de menos de 4 millones de dosis queda aún muy lejos de las que se necesitan para frenar esta crisis de salud internacional. Y los millones de vacunas almacenadas en los países ricos pueden ayudar mucho.

El acceso desigual a vacunas, y medicamentos en general provocan que estas epidemias se prolonguen, que se agrave la salud de las personas, el bienestar y la economía de las sociedades que repercute en el bienestar global. Desde medicusmundi venimos luchando por el derecho a la salud de todas las personas. En una crisis de salud internacional los medicamentos y tecnologías se tienen que compartir y de forma rápida para frenarla lo antes posible. Una amenaza colectiva se tiene que combatir compartiendo, y evitando el lucro y la especulación privada; hay que impedir que las farmacéuticas vuelvan a saquear los sistemas de salud.

Por ello hay que acelerar el Tratado Pandémico. Sería una herramienta mucho más efectiva a la hora de enfrentarnos a crisis sanitarias mundiales. Mejoraría la prevención, la financiación, la logística, la resiliencia, un marco sanitario internacional sólido, garantizaría el acceso universal y equitativo a las vacunas, a los medicamentos y apoyaría el concepto de UnaSola Salud, que conecta la salud de las personas, de los animales y del planeta.