Fuga de Talento Sanitario: cómo la migración de personal sanitario está degradando los sistemas de salud en países vulnerables
Ostirala,22 azaroa 2024medicusmundi Suiza y medicusmundi Internacional han organizado un simposio en torno a la escasez de profesionales sanitarios formados, y donde exploran las consecuencias y las posibles soluciones a la crisis del personal sanitario que amenaza la asistencia sanitaria en todo el mundo.
Según estimaciones del Consejo Internacional de Enfermeras (CIE), en 2019 ya se denunció una escasez de 30,9 millones de enfermeras en todo el mundo. Esto ha supuesto uno de los principales obstáculos para la prestación de servicios sanitarios eficaces, especialmente para quienes más los necesitan. Para la población de un país crea una falta de acceso a los servicios sanitarios básicos que incluyen: prevención, información, distribución de medicamentos, tratamiento de emergencia, atención clínica e intervenciones que salvan vidas como la inmunización de los niños, embarazo seguro y servicios de maternidad, y acceso al tratamiento del sida, la tuberculosis y la malaria.
Para el personal sanitario, esa escasez supone una carga de trabajo abrumadora, además de provocar estrés y falta de motivación, fatiga, absentismo, enfermedad, emigración o el cambio a una carrera profesional fuera del sector sanitario. La escasez mundial de personal sanitario hace que los países se roben mutuamente, por activa y por pasiva, personal médico y de enfermería. Los perdedores de esta situación son sobre todo los países con sistemas sanitarios más débiles. Estos países no sólo pierden personal, sino también la inversión realizada en su formación, tanto de tiempo (mínimo 10 años) como económica (formar a un médico en Estados Unidos cuesta 300.000$ y en España estimamos que a partir de 200.000€ ). El caso de Suiza es muy significativo: tiene una dependencia de la contratación exterior de personal sanitario absoluta por una cuestión de costes: El número de plazas ofertadas a médicos en sus universidades es muy bajo en relación a sus necesidades por una cuestión de costes: le cuesta al estado cerca de 700.000 francos suizos formar a un médico, así que es más barato contratar fuera (2).
Hasta ahora, el Código Mundial de Prácticas de la OMS para la Contratación Internacional de Personal Sanitario se aplica de forma voluntaria ya que no es vinculante. Es urgente hacer más estricto este Código e introducir normas vinculantes a escala internacional, ya que la migración de personal sanitario entre países y continentes se ha intensificado en los últimos años debido a la creciente demanda de personal sanitario en países de ingresos altos, que a menudo buscan suplir sus propias carencias atrayendo talento de países de ingresos medios y bajos. Este fenómeno crea un desequilibrio significativo en la capacidad de atención sanitaria global, con impactos graves en las regiones más desfavorecidas.
Los países que reclutan activamente son las naciones de ingresos altos, como Reino Unido, Suiza, Canadá, Estados Unidos y algunos países del Golfo. Utilizan estrategias agresivas para atraer personal sanitario, como salarios altos, mejores condiciones laborales, oportunidades de desarrollo profesional o la posibilidad de emigrar a países desarrollados. Las regiones más exportadoras de personal sanitario serían África subsahariana, Asia del Sur y América Latina, regiones con un número significativo de emigración de personal sanitario. España sería reclutador de personal sanitario de América Latina y a su vez exportador hacia países del primer mundo.
Desde África se estima que salen entre el 20% y el 40% del personal sanitario formado. Los bajos salarios, las condiciones laborales deficientes, las infraestructuras sanitarias inadecuadas, la falta de oportunidades de capacitación en los países de origen y las situaciones familiares los empujan a emigrar en busca de mejores oportunidades laborales. Por desgracia, el África subsahariana sufre el mayor impacto debido a sus limitados recursos sanitarios y la alta carga de enfermedades, con escasez crítica en zonas rurales y desatendidas. Enfermedades prevalentes, como VIH/SIDA y tuberculosis requieren atención constante, y enfermedades tropicales como la malaria demandan personal capacitado. A esto se le añade un incremento de necesidades sanitarias debido al crecimiento de enfermedades crónicas, las cardiovasculares, diabetes e hipertensión, un aumento de enfermedades no trasmisibles como la incipiente diagnosis de enfermedades mentales (que antes ni se tenían en cuenta), y una población cada vez más envejecida, como hemos constatado desde nuestros proyectos de medicusmundi en Saint Louis en Senegal .
En América Latina, el déficit de personal sanitario oscila entre 600.000 y 2 millones de personas, siendo las áreas rurales las más afectadas. Las enfermedades que Incrementan la demanda son las enfermedades transmisibles como el dengue, zika o chikungunya. Y dentro de las crónicas no transmisibles, el cáncer, enfermedades cardiovasculares y diabetes, especialmente en zonas urbanas. La migración de profesionales a países con mejores condiciones laborales y la falta de inversión en formación son problemas recurrentes. La crisis en Venezuela ha desplazado tanto a la población como a miles de personal médico de enfermería hacia los países colindantes. Esto ha creado brechas en el acceso a servicios de salud esenciales.
Y si nos centramos en España, queremos insistir en la carencia alarmante de personal médico, particularmente en atención primaria. Aunque se han incrementado plazas de formación MIR, el problema persiste debido a una alta demanda en zonas rurales y el envejecimiento de la población. En cuanto al personal sanitario, cada vez hay más profesionales más cerca de la jubilación. Y sin reemplazo disponible. A esto hay que añadir que la COVID creó un antes y un después en la asistencia sanitaria, provocando estrés, y demasiada carga de trabajo sin compensar las condiciones laborales por parte de las autoridades competentes. Además, se necesita trabajar la planificación del personal sanitario evaluando las necesidades de la población a medio plazo respecto a los profesionales que se necesitan para cubrir de nuestro sistema sanitario. Con este panorama, la fuga de médicos en España continúa: en los tres últimos años, se han marchado 1.200 médicos, y además, otros 9.989 han solicitado a la Organización Médica Colegial (OMC) el certificado de idoneidad para salir de España entre 219 y 2021. En la última década, 31.000 médicos solicitaron esta acreditación.
Es necesario abordar esta crisis, empezando por invertir en personal sanitario local (con aumentos de salarios y mejora de condiciones laborales; hay que fomentar políticas nacionales que prioricen la estabilidad del personal sanitario y su desarrollo profesional; los países receptores deberían contribuir al fortalecimiento de los sistemas de salud en las naciones del que exportan personal. Y por supuesto, como va a hacer la OMS en 2025, Implementar y reforzar el Código Mundial de la OMS para prácticas de reclutamiento ético con efectos vinculantes.
La salud global depende de un sistema equitativo y sostenible que distribuya los recursos sanitarios de manera justa. Para garantizar un futuro saludable para todos, es imperativo actuar de inmediato. Desde medicusmundi, instamos a los responsables políticos a priorizar este desafío, adoptando medidas basadas en la cooperación, la ética y la sostenibilidad.