El decálogo del agua de medicusmundi para No dejar a nadie atras.
Ostirala,22 martxoa 2019El 99,3% del agua de los grifos de España es potable por ley.En el resto del mundo no es así: 2.100 millones de personas carecen de acceso a agua potable y 1000 niños mueran cada día debido a enfermedades diarreicas asociadas a la falta de higiene. Sigue siendo necesario No Dejar a Nadie Atrás.
El 99,3% del agua de los grifos de España es potable, conforme a lo que establece la Ley General de Sanidad 14/1986. Nos tenemos que remontar hasta 1971 para fechar la última vez que sufrimos una enfermedad a causa del estado de las aguas.
En el resto del mundo no es así: 2.100 millones de personas carecen de acceso a agua potable y disponible en el hogar, y 6 de cada 10 (4.500 millones de seres humanos) carecen de un saneamiento seguro, lo que supone que alrededor de 1000 niños mueran cada día debido a enfermedades diarreicas asociadas a la falta de higiene según mencionamos en el Informe 2018: La Salud en la Cooperación al Desarrollo y la Acción Humanitaria.
Con el objeto de visibilizar esta contumaz realidad, con mujeres y niñas entre las más perjudicadas a nivel global, el lema para el día mundial del agua es No dejar a nadie atrás, en un intento de cumplir con la Agenda 2030 y con el Objetivo 6 de Desarrollo Sostenible que busca “Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos y todas”para los objetivos de Desarrollo Sostenible.
Pero no se conseguirán grandes avances sin un cambio profundo y radical que fomente que se pongan en práctica una serie de medidas que eviten el derroche, la contaminación de las aguas y el lucro a través de su mercantilización. Cada vez con más frecuencia, el agua está siendo protagonista de numerosos conflictos que pueden desembocar en guerras violentas.
Las causas básicas de la actual crisis del agua y el saneamiento radican en la pobreza, las desigualdades y la disparidad en las relaciones de poder, y se ven agravadas por los retos sociales y ambientales, como la urbanización cada vez más rápida, la creciente contaminación y merma de los recursos hídricos y. el cambio climático, que provoca desastres de magnitudes incalculables. Por poner un ejemplo que nos afecta, menciono el Ciclón Idai, que está causando estragos en Mozambique, Zimbaue y Malawi, debastando e inundando territorios enteros. El peor desastre del sudeste de África de las últimas décadas
Las mujeres y las niñas, las más perjudicadas por la falta de acceso a agua potable y servicios de saneamiento.
Y para no dejar a nadie atrás es fundamental redoblar esfuerzos a favor de las mujeres, las más perjudicadas, pues además de estar apartadas de la toma de decisiones, en sus manos recae la responsabilidad del acarreo del agua cuando no llega a los hogares. De ellas y de las niñas. En algunas partes del mundo pasan hasta cuatro horas diarias caminando, haciendo fila y acarreando agua que ya de por si es una actividad física pesada. Esta tarea explica también en parte la gran disparidad en la asistencia a la escuela de niños y niñas en muchos países. El derecho de las niñas a la educación se ve afectado por esa tarea asignada, y porque no existen servicios higiénicos separados para ellas.
En muchos casos, el agua que recogen está sucia y procede de fuentes no protegidas. La salud de las mujeres (la necesidad mínima de líquido para una que amamanta es de 7,5 litros de agua al día) puede resentirse profundamente tanto por la pesada carga como por las enfermedades que contraen por contacto con esa agua.
Otro peligro añadido cuando van en busca de agua es la posibilidad de sufrir violencia sexual tanto a lo largo del recorrido como favores sexuales a cambio de agua potable. O cuando tienen que hacer sus necesidades a la intemperie al carecer de retrete, especialmente por la noche. Es el momento en el que se producen numerosos abusos sexuales. Y no se limita solamente a zonas rurales, sino también en zona urbana.
También desde el punto de vista de la toma de decisiones relativas al agua y saneamiento las mujeres están excluidas. Como consecuencia de ello, sus necesidades y circunstancias específicas no se toman en consideración al elaborar los programas de suministro de agua y saneamiento o al ampliar estos servicios.
El problema de los refugiados y desplazados
Desgraciadamente, a día de hoy el número de desplazados por conflictos armados y causas naturales ronda los 70 millones de personas. En las situaciones de emergencia, las personas desplazadas tienen dificultades particulares para acceder a agua potable y servicios de saneamiento, con consecuencias que pueden poner en peligro la vida. Las personas desplazadas son también especialmente vulnerables a la discriminación, el racismo y la xenofobia, que pueden reducir aún más su capacidad de conseguir agua potable y servicios de saneamiento. Los campamentos de refugiados y de desplazados internos de todo el mundo se caracterizan, especialmente cuando el desplazamiento se prolonga, por condiciones ruinosas y de hacinamiento en que la prestación de los servicios básicos, como el abastecimiento de agua potable y el saneamiento, es inadecuada. El saneamiento deficiente y la falta de acceso a agua potable en estos campamentos conducen con frecuencia a la propagación de enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera.
La suerte de los solicitantes de asilo y los desplazados internos de las zonas urbanas no es mucho mejor. Imposibilitados a menudo en la práctica o debido a su condición jurídica para obtener un alojamiento adecuado, en muchos casos carecen también de agua potable o servicios de saneamiento.
Los pueblos indígenas
El acceso de los pueblos indígenas al agua potable está estrechamente relacionado con el control sobre sus tierras, territorios y recursos ancestrales. La falta de reconocimiento o protección jurídicos de esas tierras, territorios o recursos puede tener consecuencias de largo alcance en su disfrute del derecho al agua. Las fuentes naturales de agua utilizadas tradicionalmente por los pueblos indígenas, como los lagos o ríos, pueden no ser ya accesibles debido a la expropiación o la apropiación gradual de las tierras por otros. El acceso puede verse amenazado también por la contaminación ilegal o la sobreexplotación. Además, las fuentes de agua de los pueblos indígenas pueden haber sido desviadas para abastecer de agua potable a las zonas urbanas. Así pues, para asegurar el derecho al agua de los pueblos indígenas puede ser necesario, en muchos casos, adoptar medidas para asegurar sus derechos a las tierras ancestrales, reforzar sus sistemas tradicionales de aprovechamiento del agua y proteger sus recursos naturales.
Aunque la mayoría de los pueblos indígenas aún viven en zonas rurales, un número creciente está migrando, voluntaria o involuntariamente, a las zonas urbanas, donde con frecuencia acaban viviendo en condiciones inadecuadas, sin acceso a agua potable ni a servicios de saneamiento.
El decálogo del agua de Medicusmundi
En medicusmundi pensamos que el derecho a la salud no sólo abarca la atención sanitaria oportuna y apropiada, sino también los principales factores determinantes de la salud, como el acceso al agua limpia potable y a condiciones sanitarias adecuadas. Por ello, las líneas de trabajo de medicusmundi en el Derecho de agua y saneamiento. Doce recomendaciones; doce mandamientos... para No dejar a nadie atrás.
1.‐Contribuir a que los gobiernos locales incrementen la cobertura, la calidad y la sostenibilidad de los servicios de agua y saneamiento a las poblaciones rurales y urbano‐ marginales.
2.‐ Promover los servicios públicos del agua y la no privatización del agua y el saneamiento.
3.‐ Promover la organización, participación y capacitación de la población en la gestión de los sistemas de agua potable y saneamiento de forma sostenible.
4.‐Promover el compromiso de la población y el Estado con el uso racional y sostenible del agua y el cumplimiento de las políticas y programas públicos de provisión de agua potable y saneamiento para poblaciones ubicadas en las áreas rurales y urbano‐marginales.
5.‐ Planificar en agua y salud. El sector salud debe estar plenamente involucrado en la gestión del agua para lo que se favorecerá redes y compromisos con los Organismos de Salud
6.‐ Contribuir al fortalecimiento de las capacidades del personal local.
7.‐ Favorecer los mercados locales utilizando materiales de la zona y tecnología adecuada y sostenible.
8.‐ Implementar la equidad de género y la participación de las mujeres en los proyectos de sus comunidades.
9.‐ Adecuar el coste del recurso a la realidad económica de las comunidades con las que se trabaja. (Promover sistemas tarifarios y de gestión que garanticen la accesibilidad económica 18 a todas las personas (enfoque de derechos) al tiempo que penalicen el abuso y exceso de consumo per cápita)
10.‐ Promover el Derecho a la Salud en favor del acceso al agua y saneamiento, por lo que se promoverá el establecimiento de Alianzas estables y colaboraciones específicas con organizaciones especializadas en aras de la eficacia, eficiencia y sostenibilidad de sus intervenciones.
11.‐ Fomentar el trabajo en agua y saneamiento en el desarrollo integral de las comunidades implicadas, abordando directamente otros determinantes de la salud y la propia atención sanitaria, así como el de las demás condiciones de desarrollo.
12.‐ Participar y favorecer la intervención en redes nacionales e internacionales donde se trabaje por la defensa del derecho humano al agua y al saneamiento.
Esta es nuestra aportación al proceso que implica cumplir con el Objetivo 6 de la Agenda de los ODS para 2030: que algún día, como ya ocurre en España, la práctica totalidad del agua de los grifos de todo el mundo sea potable y a un precio asequible para todo el mundo.
Artículo basado en la Declaración de medicusmundi sobre el Derecho al Agua y Saneamiento