Ante la Cumbre por el  Clima que se celebra el 23 de septiembre y finaliza el 27, con una iniciativa sin precedentes de Convocatoria Internacional de Huelga Mundial por el Clima para exigir a gobiernos, instituciones y empresas que declaren la emergencia climática, medicusmundi se suma a ésta convocatoria de  huelga, y así poder denunciar sus efectos sobre la salud global. La OMS no duda de que el cambio climático es ya una amenaza para la salud pública.

Un estudio reciente demostró que existen 467 vías diferentes por las cuales la salud humana, el agua, los alimentos, la economía, las infraestructuras y la seguridad ya se han visto afectadas por los peligros climáticos como el calentamiento, las olas de calor, las precipitaciones, la sequía, las inundaciones, los incendios, las tormentas, el aumento del nivel del mar y los cambios en la cubierta terrestre natural y la química oceánica. Y la volatilidad de estos fenómenos meteorológicos extremos en todo el mundo causan muertes, lesiones, enfermedades debilitantes y mortales y desplazamientos. Un grupo de científicos  han calculado que los desastres relacionados con el clima provocaron 2,52 millones de muertes en el mundo entre 1980 y 2013.

Temperaturas medias

Las temperaturas medias continúan aumentando, como también lo harán los trastornos relacionados con el exceso de temperaturas desmedidas. Además de las olas de calor, el cambio climático hace que las temperaturas aumenten, que los días calurosos se vuelvan más comunes y que los veranos duren más tiempo en latitudes donde hasta ahora no era así. En las ciudades el problema se ve agravado por el efecto de "isla de calor urbana", que puede provocar que las temperaturas sean entre 1º y 5 °C más altas que en las zonas rurales circundantes. Y una exposición al calor extremo puede conducir a enfermedades graves e incluso a la muerte. Los grupos más vulnerables son los niños, los ancianos y los que realizan trabajos o actividades al aire libre.

Contaminación del aire

El cambio climático y la contaminación del aire comparten fuentes como combustibles fósiles y quema de biomasa, pero también transformaciones en los patrones climáticos. Los mayores niveles de dióxido de carbono afectan a la calidad del aire, provocando concentraciones elevadas de ozono y mayor presencia de polvo y polen arrastrados por el viento.

Los efectos nocivos para la salud que provoca la contaminación del aire incluyen desde enfermedades de corazón, pulmonares e, incluso, tiene consecuencias hasta en la reducción de fertilidad. Es dañina también para nuestros cerebros, causando retrasos en el desarrollo y autismo en niños. Algunas investigaciones apuntan a que la polución podría estar provocando un aumento de la enfermedad de Alzheimer en adultos.

Concentraciones elevadas de dióxido de carbono (CO2)

El CO2 está considerado como el principal responsable del Gas de Efecto Invernadero por su capacidad de atrapar la radiación solar y mantenerla confinada en la atmósfera. Es el más frecuente de todos los gases de efecto invernadero producidos por las actividades humanas, atribuidos a la quema de combustibles fósiles (petróleo, carbón, madera) para procesos industriales y medios de transporte. Antes del inicio de la Revolución Industrial, los niveles de CO2 habían fluctuado pero nunca en los últimos 800.000 años habían superado las 300 ppm (partes por millón). Los niveles actuales de CO2 en la atmósfera (aproximadamente 410  ppm) son los más altos de la historia, y probablemente superarán las 1.000 ppm en 2100 de seguir con el incremento de los últimos tiempos.

Justo es mencionar que los países más desarrollados, junto con las grandes empresas contaminantes, son los responsables de la mayor parte de las emisiones de gases de efecto invernadero. Y sin embargo, las regiones del Sur global son las que están sufriendo las peores consecuencias

Está probado que el aumento de los niveles de CO2 y el calentamiento de las temperaturas oceánicas conducen a la acidificación de los océanos y al colapso de los ecosistemas de los arrecifes de coral, lo que exacerbará la disminución del rendimiento de los peces debido a la sobrepesca y la contaminación. También se le relaciona con la reducción el valor nutritivo de cultivos como el trigo, el arroz, la cebada y la patata al agotar su contenido de proteínas y minerales. En cuanto a los efectos directos sobre el ser humano, el principal efecto en la salud es la asfixia por desplazamiento del oxígeno en concentraciones muy altas. Y si alcanza altos niveles puede causar dolores de cabeza, mareos, problemas respiratorios, falta de concentración.

Enfermedades transmitidas por vectores, alimentos y agua.

El aumento de las temperaturas, los cambios en los modelos de precipitación y el aumento del nivel del mar pueden afectar la abundancia y distribución de los vectores (insectos hematófagos como los mosquitos) y los patógenos. Puede ser el causante del desplazamiento y una propagación de la malaria, cólera y otras enfermedades diarreicas a zonas donde no existía.

También fruto del calentamiento global hay una creciente preocupación por que microbios antiguos o desconocidos puedan resurgir, fruto del deshielo, del permafrost ártico.

Incendios en todo el planeta: una pandemia mundial

Los recientes incendios de la Amazonía, simultaneados con los de Gran Canaria, Canadá y en múltiples sitios del planeta ponen en evidencia unas consecuencias que repercuten en todo el Planeta. David Wallace-Wells describe los incendios forestales como "una pandemia mundial". Las consecuencias inmediatas en la salud, además de la lamentable pérdida de biodiversidad, son afecciones respiratorias y alergias. Solamente en la frontera con Bolivia se atendió a 30.000 personas.

Migración climática

Las causas del cambio climático provocan que muchas personas que habitan en zonas vulnerables tengan que migrar. En 2017 hubo un total de 18.8 millones de nuevos desplazamientos debidos a desastres. Estas cifras, que no incluyen las migraciones internacionales, dejan entrever de manera objetiva la magnitud que pueden alcanzar las migraciones climáticas. Por primera vez se incorporaron los desplazamientos asociados a sequías, siendo en 2017 de 1,3 millones de personas afectadas (IDMC, 2018). Y en su éxodo, arrastran falta de una alimentación adecuada, carencia de atención médica y pérdida de derechos civiles. Las mujeres migrantes acarrean además dificultades específicas de salud materna, salud sexual y reproductivas. Todo ello, unido a la exposición de la violencia en el camino, las hace especialmente vulnerables.

El territorio español no es ajeno a los impactos del cambio climático. Su situación geográfica y sus características socioeconómicas lo convierten en un país vulnerable a sus efectos. La desertificación, por ejemplo, está avanzando rápidamente… Ante todo ello, la inacción no puede ser la respuesta. No actuar ya pone en riesgo la salud pública de la Humanidad entera. El primer paso puede ser la huelga del 27. Será mundial.