Adolescentes, casadas y sin estudios: otra dimensión de la Violencia basada en Género
Astelehena,27 uztaila 2020El matrimonio infantil, al igual que la mutilación genital femenina , está considerado una violación de los Derechos Humanos a la vez que suponen un problema de salud que puede poner en riesgo la vida de miles de niñas. Además la pandemia de la COVID-19 podría tener, en un futuro inmediato , un impacto catastrófico sobre las mujeres y las niñas en temas tan acuciantes como son la MGF y el matrimonio infantil.
El matrimonio infantil es una violación de los Derechos Humanos que puede suponer un problema de salud al poner en riesgo la vida de miles de niñas obligadas a casarse y que quedan embarazadas a edades muy tempranas en la adolescencia que pueden presentar complicaciones durante el embarazo y el parto y que en demasiadas ocasiones terminan con la muerte de muchas de estas menores.
Además la pandemia de la COVID-19 podría tener, en el futuro inmediato , un impacto catastrófico sobre las mujeres y las niñas en temas tan acuciantes como es la MGF y el matrimonio infantil ya que se calcula que en el próximo decenio habrá 2 millones más de casos de mutilación genital femenina de los que se habrían producido en otras circunstancias y que las crecientes dificultades económicas a nivel mundial, podrían dar lugar a unos 13 millones más de matrimonios infantiles para el año 2030 en todo el mundo, ya que se demoraran la ejecución de muchos programas para poner fin a ambas prácticas nocivas que tienen un fuerte sesgo de género.
El país saheliano de Mauritania presenta grandes obstáculos sociales y culturales que acentúan las diferencias de género durante la infancia o la adolescencia como la baja escolarización, el matrimonio infantil, las dificultades de asistencia sanitaria en salud reproductiva o el acceso a servicios de planificación familiar.
El marco legislativo del Código de familia establece la edad mínima legal para casarse a los 18 años salvo que cuente con el consentimiento de su tutor legal (art. 6), o se imponga el silencio de la víctima que será interpretado como consentimiento (art. 9). El matrimonio infantil se circunscribe fundamentalmente a las zonas rurales con una prevalencia de 41% entre las niñas menores de 18 años y de un 17% entre las menores de 15 años en medio rural (Profil genre 2015).
En la escuela, tan solo el 30% de las alumnas completan los seis niveles de educación nacional obligatoria y tan solo se registra un 18% de presencia femenina en la educación superior (MINEDUC 2012).
Medicusmundi Sur contra la vulnerabilidad de las mujeres y las niñas
La Wilaya de Brakna es una región situada al suroeste de Mauritania cuya capital es Aleg y en la que estamos llevando a cabo desde marzo del 2018 un proyecto financiado por la AECID con el nombre de Mejora de las capacidades de atención a la salud sexual y reproductiva de actores y actoras públicos y comunitarios en la Wilaya de Brakna y cuyo objetivo principal es mejorar la calidad de la atención sanitaria pre y post natal de mujeres embarazadas desde un enfoque de DDHH y género mediante el refuerzo del sistema público de salud materno-infantil. Gracias a él casi 180.000 mujeres de todas las edades se beneficiaran de un mejor seguimiento de su embarazo y de una adecuada atención médica en caso de complicaciones en los mismos.
En Brakna, los diferentes tipos de VbG están presentes de manera ligeramente superior a la media nacional, tal es el caso del matrimonio infantil (casi el 40% de menores de 18 años de Brakna están casadas, frente al 35% de media nacional) del que se deriva –debido al abandono escolar que el matrimonio produce- una alta tasa de analfabetismo -59% de las mujeres en la región (PRPLP Brakna 2010).
Este proyecto de mmSur nació con un sólido componente de fortalecimiento de las capacidades locales en SSR desde un enfoque de género y DDHH. Así dentro del marco del proyecto se prevé las celebración de tres días internacionales con el fin de sensibilizar a la población en los diferentes temas relativos a los derechos de las mujeres, incluidos los DSDR.
El primero de ellos tuvo lugar el 08 de marzo, día de la mujer, en Aleg (capital de Brakna) junto con el MASEF, en el que se trataron temas relacionados con los derechos de las mujeres.
Y el segundo se llevó a cabo el pasado 11 de julio en Mbagne, provincia de Brakna colindante con el río Senegal, con motivo de la conmemoración del Día Internacional de la Población poniendo el acento en las consecuencias del matrimonio infantil en las niñas de la zona.
Actividades de sensibilización como la que se realizó en Mbagne donde se convocaron a las cooperativas femeninas de la zona (Coopérative Ennaasir, Coopérative Dental y Coopérative Gollo) con un total de 130 mujeres asistentes y 15 hombres, son de gran importancia que se lleven a cabo para generar conciencia sobre la cantidad de perjuicios que conlleva el matrimonio temprano, desde el abandono escolar a los elevados riesgos para la salud materna y la pobreza en la que terminan ellas y sus familias a largo plazo.
En la plaza de la capital de la provincia, Mbagne, tuvo lugar el acto presidido por el alcalde (Sr. Hassan Seck) y el presidente adjunto de la provincia (el adjunto al hakem, Sr. Moustapha Mouhamed). Ambos dieron un discurso de apertura y dieron paso a la presidenta de la Asociación Fabouya, Sra. Marieta Dia, para la exposición de la conferencia y el posterior debate. Esta asociación, contraparte del proyecto junto con la Dirección Regional de Acción Sanitaria (DRAS) de Brakna, realiza intervenciones de sensibilización y formación comunitaria en temas DDHH, VbG y MGF, salud materna e infantil, SSR, VIH/SIDA y prácticas básicas de higiene y nutrición.
Posteriormente tuvo lugar una sesión de sensibilización puerta a puerta por parte de 10 animadoras comunitarias pertenecientes a Fabouya que trabajan en la promoción de la SSR en IEC desde un enfoque de género y DDHH y que están recibiendo formación dentro del proyecto para el fortalecimiento de sus capacidades.
Para acabar con el matrimonio infantil en Mauritania al igual que en otros países del Sahel, donde las niñas son casadas con un promedio de 16 años, es preciso no solo un cambio en las normas sociales tradicionales que marcan la pauta de esta práctica al igual que ocurre con la MGF, sino que los poderes públicos, religiosos y comunitarios se involucren en la lucha contra la discriminación y la violencia basada en género, además de poner en marcha programas que empoderen a las niñas con información sobre sus derechos y eduquen a los progenitores sobre los beneficios de mantener a sus hijas en la escuela para favorecer su autonomía, independencia y capacidad para tomar sus propias decisiones sobre su cuerpo, su futuro y su destino.