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La sociedad civil en apoyo a la propuesta para suspender las patentes de las vacunas y tratamientos de la Covid-19

Más de 380 organizaciones (y subiendo) hacen un llamamiento a todos los miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC) para que apoyen la propuesta de la India y Sudáfrica sobre la "exención de determinadas disposiciones del Acuerdo sobre las ADPICS para la prevención, contención y tratamiento de la Covid-19"

Organizaciones de todo el mundo entre las que se encuentra medicusmundi se han unido con una sóla voz para exhortar a todos los Miembros de la OMC para que apoyen la adopción de la propuesta de la India y Sudáfrica sobre "Exención de determinadas disposiciones del Acuerdo sobre los ADPIC para la prevención, la contención y el tratamiento de la COVID19".

Si bien al inicio de la pandemia hubo consenso en frenar su propagación con la colaboración internacional, siete meses después no existe una solución política global para asegurar el acceso. En cambio, sí hay una desigualdad de acceso a las tecnologías que se necesitan para hacer frente a la pandemia. Los países en desarrollo y los países menos adelantados que luchan por contener la COVID-19 se enfrentan una grave escasez de productos médicos, incluido el acceso a los tests de diagnóstico. No así las naciones ricas (el 13% de la población mundial) han bloqueado al menos la mitad del suministro potencial de vacunas del mundo.

Por su parte la industria farmacéutica afianza los controles monopolísticos de la propiedad intelectual (PI) sobre las tecnologías sanitarias de COVID-19, que restringen la ampliación de la fabricación, bloquean a los proveedores y socavan la competencia que hace pòsible precios más bajos. Unas pocas empresas, como Astra Zeneca, han prometido precios sin ánimo de lucro mientras dure la pandemia, pero al mantener el control sobre estas tecnologías, pueden declarar unilateralmente el fin de la pandemia y aumentar los precios para maximizar los beneficios, aunque ello socave los esfuerzos internacionales para salvar vidas.

El Fondo de Acceso a la Tecnología COVID-19 creado por la OMS (para compartir voluntariamente conocimientos, propiedad intelectual y datos), ha sido rechazado por la industria farmacéutica. En  su  lugar,  las  empresas  siguen  firmando  acuerdos  de  licencia  secretos  y restrictivos.  Por ejemplo, los acuerdos de licencia secretos de Gilead Sciences para el remdesivir, un medicamento desarrollado con una importante financiación pública, están restringidos a unos pocos fabricantes de su elección, impidiendo así el suministro a bajo costo a casi la mitad de la población mundial. No es de extrañar que haya habido una escasez mundial del medicamento, y que muchos países en desarrollo aún no hayan visto ni siquiera un solo vial del tratamiento exportado a ellos. Dada la eficacia limitada de la medicina, nos preocupa profundamente que un enfoque de este tipo para una terapia segura y eficaz excluya aún más personas del acceso al tratamiento.

(SEGUIR LEYENDO LA CARTA Y LAS ORGANIZACIONES ADHERIDAS EN EL ARCHIVO ADJUNTO)