¿Efecto dominó en materia de derechos sexuales y reproductivos en el mundo?
Astelehena,27 iraila 2021Recientes acontecimientos como la eliminación de los derechos de la mujer afgana por parte de los talibanes, el retroceso de los derechos reproductivos de la mujer polaca o la nueva restricción al aborto en Texas nos alerta sobre un posible efecto dominó adverso en cuanto a los Derechos Sexuales y Reproductivos en el mundo.
Creemos que los derechos que vamos conquistando poco a poco fruto de la lucha y del sufrimiento son sagrados, humanos, inalienables e intocables. En el Día Internacional de Derechos Sexuales y Reproductivos en el que deberíamos celebrar los avances de la diversidad sexual, así como de la salud sexual y reproductiva de una manera placentera, sin discriminación o riesgos, nos enfrentamos a una realidad para pocos fastos.
Los últimos acontecimientos en Afganistán, con el regreso de los talibanes al poder, son una auténtica catástrofe para las mujeres y las niñas afganas. En los últimos 20 años habían ido recuperando poco a poco derechos y libertades como el regreso a la educación, el trabajo fuera del hogar, el acceso a las instituciones públicas, la posibilidad de desplazarse solas (incluida la visita al médico)...En cuanto a los Derechos Sexuales y Reproductivos, en 2016 el gobierno de Afganistán se comprometió con la alianza FP2020 a “acelerar el acceso a la planificación familiar voluntaria basada en el respeto por los derechos”. Ya desde 2012 el país incrementó en 645.000 el número de usuarias de planificación familiar voluntaria; aumentó el número de centros de salud en un 25% y firmó nuevos acuerdos con hospitales privados para prestar servicios gratuitos de planificación familiar. Y se estaba a punto de llegar a una tasa de prevalencia de anticonceptivos modernos de un 30%”. Ahora, con el cambio de gobierno hacia un sistema represor y que anula la figura femenina para convertirla en un “envase reproductor” y esclava, todo lo que se había conseguido con la restitución de derechos a lo largo de los últimos 20 años ha desaparecido de golpe.
Mientras, en el otro extremo del mundo, en Texas (Estados Unidos), acaba de suceder otro hecho impensable contra los derechos constitucionales de la mujer: la entrada en vigor de una ley que prohíbe abortar a partir de la sexta semana de gestación (cuando los embarazos son prácticamente indetectables todavía y sin considerar la violación o el incesto) a pesar del dictamen de la Corte Suprema de 1973 que estableció el “derecho constitucional” a practicarse. Con esta ley se prohíbe el acceso al aborto de forma segura a miles de mujeres y, lo más grave, se abre una vía legal para que otros Estados lo intenten, la llamada “Ley del Latido del Corazón”. Esta nueva norma obligará a muchas mujeres a abortar fuera del Estado de Texas y a muchas otras sin recursos a recurrir a métodos ilegales y sin supervisión médica, poniendo en riesgo sus vidas. No se han hecho esperar las reacciones. El doctor Alan Braid acaba de realizar un aborto y será el primer demandado bajo la recién aprobada ley: “Quería asegurarme de que Texas no se saliera con la suya en su intento de evitar que se pusiera a prueba esta ley descaradamente inconstitucional… Y creo que el aborto es una parte esencial de la atención sanitaria”.
A este lado del Atlántico, el caso de Polonia a principios de 2021 es similar al de Texas, ya que también ha supuesto un dramático paso atrás en los derechos reproductivos de la mujer polaca. El Tribunal Constitucional ilegalizó el aborto en caso de malformaciones del feto, y deja como razones legales solamente la violación, el riesgo de muerte de la madre o el incesto. Se une así al conjunto de países --con Andorra, Malta, San Marino, Mónaco o Eslovaquia-- más restrictivos de Europa en cuanto a la ley del aborto se refiere. El perjuicio mayor recae nuevamente sobre las mujeres que menos recursos tienen: si no pueden salir a otro país que te permita abortar, no queda otra opción que adquirir medicamentos antiabortivos en el mercado negro sin supervisión médica y poniendo por tanto en riesgo la propia vida.
El contrapunto a estos tres retrocesos manifiestos tiene nombre de dos países, pues en ellos el avance de las libertades da dado sus frutos en mayores derechos sexuales. Se trata de Argentina y México. Celebramos que tras muchos años reivindicando el derecho al aborto, finalmente se ha despenalizado. Es un enorme logro de la lucha feminista y femenina en América Latina.
Pero en la mayor parte del mundo hay millones de personas que no tienen acceso a los DDSSyRR, o son perseguidas cuando los ejercitan. Gobiernos, líderes religiosos, grupos políticos conservadores... intentan decir aún a las mujeres con quién deben estar, cuántos hijos deben tener y con quién o a quien deben amar. El control sobre la sexualidad y sobre su cuerpo se ceba sobre la vida de niñas y mujeres, pero también sobre lesbianas, gays, trans, bisexuales e intersexuales -LGBTQI+- . Las cifras siguen siendo apabullantes: en el mundo todavía siguen muriendo 830 mujeres al día por causas prevenibles relacionados con en el parto o el embarazo; unos 222 millones de mujeres desean posponer o detener la procreación pero no utilizan ningún método anticonceptivo por la falta de planificación familiar; la tasa de embarazos en adolescentes entre 15 y 19 años es de 49/1.000 y el 95% de ellos en países de ingresos bajos y medios. De los refugiados LGBTQI+ o por orientación sexual no hay cifras, pero más de 70 países criminalizan las relaciones entre personas del mismo sexo.
La reducción de estas cifras sabemos que depende de medidas como el acceso a anticonceptivos, la reducción de la brecha de inequidad de género, el fin a las relaciones forzosas y la eliminación de los matrimonios infantiles y/o forzosos, y formación a toda la población sobre los problemas de los embarazos en adolescentes.
medicusmundi considera la salud sexual y reproductiva como uno de los pilares fundamentales de nuestro trabajo. En 2011 medicusmundi aprobó la Declaración sobre Derechos en Salud sexual y Salud Reproductiva, donde fija su posición y manifiesta su compromiso en defensa del derecho de las mujeres a decidir.
Actualmente estamos volcados en la lucha por los derechos sexuales y reproductivos con diferentes proyectos que cubren desde la atención médica, la formación sanitaria, la planificación familiar tanto a las mujeres como a los hombres para que se impliquen en la corresponsabilidad, o las labores de sensibilización en las sociedades para que apoyen los derechos de las mujeres.
Como ejemplo, el recién terminado Programa Abordaje integral de Salud Sexual y Reproductiva y de la Violencia contra la mujer, con especial énfasis en las adolescentes, garantizando su acceso a unos servicios de calidad en México. Se ha desarrollado una estrategia de apoyo y acompañamiento a mujeres y adolescentes, especialmente a las víctimas de violencia de género. Paralelamente se han articulado mecanismos de participación ciudadana a través de programas de sensibilización y prevención.
También en El Salvador se ha desarrollado el Proyecto de Mejora de las Capacidades de los Centros de Salud para el abordaje integral en adolescentes de la Violencia Sexual, el Embarazo y la Mortalidad Materna. El proyecto se orienta hacia la mejora de las capacidades de los centros de atención primaria de salud para mejorar el ejercicio de sus derechos sexuales y derechos reproductivos, especialmente de las mujeres adolescentes de los municipios de Santa Ana, Coatepeque y El Congo.
En Perú seguimos avanzando con el proyecto Estrategias de concertación entre sociedad e instituciones públicas contra la violencia de género hacia mujeres y personas LGBTI, en El Agustino, Lima. Busca contribuir a la lucha contra las violencias machistas y discursos de odio que vulneran los derechos de mujeres y personas LGBTI en esa zona limeña, fortaleciendo a organizaciones de mujeres, grupos de hombres igualitarios y colectivo LGBTI en la incidencia política y vigilancia ciudadana y la mejora de la atención a las víctimas de violencia de servicios públicos.
En Marruecos en la región de Tánger-Tetuán-Alhucemas, el proyecto Mejora de la asistencia a las víctimas de Violencia de género en los Servicios públicos de Salud promueve los derechos de las mujeres, con especial atención a la inclusión de las mujeres migrantes, a través de la asistencia a las mujeres víctimas de violencia de género en los servicios públicos de salud, promocionando el derecho a la salud y la reducción de la desigualdad de género con un enfoque intercultural..
En Mali trabajamos en la Atención para 200 mujeres del área de Koulikoro por tercer año consecutivo. En este proyecto ofrecemos atención médica y formación sobre diferentes materias: nutrición materna e infantil, escisión, infecciones de transmisión sexual (ITS), planificación familiar e higiene personal. Entre sus objetivos, está el de implicar a los padres en el embarazo y la paternidad activa, así como en la corresponsabilidad en la salud, por lo que se inicia un proceso de formación de los maridos sobre cuidados de la mujer embarazada y del bebé, sobre ITS, planificación familiar y control prenatal.
El tiempo corre si queremos alcanzar para el 2030 el compromiso adquirido de garantizar el acceso universal a los servicios de salud sexual y reproductiva, incluido los de planificación familiar, información y educación, y la integración de la salud reproductiva en las estrategias y en los programas nacionales. Es lo que recomienda el objetivo ODS 3.7.