"Es de la gente, no hay patente. ¿Acaso se puede patentar el sol?"
Ostirala,25 martxoa 2022Esa fue la rotunda respuesta de Jonas Salk ante la pregunta sobre la propiedad de la patente de la vacuna de la polio. El 26 de marzo de 1953 el doctor Salk anunció que había hallado una vacuna segura y eficaz contra la enfermedad que mataba masivamente o dejaba paralíticas a las personas. Y dijo, sin dudar, que la patente era de la gente, porque era como el sol, un bien público.
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La vacuna de la polio es un ejemplo de cómo tratar los medicamentos como bienes públicos a favor de las personas, y no de los directivos de las empresas farmacéuticas. Y desde la plataforma Right2Cure nos apoyamos en este aniversario tan significativo por ser la primera vez que la erradicación de una enfermedad se elimina con la vacunación masiva, y porque deja claro que la patente debe pertenecer a las personas, no a las farmacéuticas.
Este es el espíritu que impulsa a nuestra plataforma Right2Cure. La Iniciativa Ciudadana Europea (ICE), que agrupa a más de cuatrocientas organizaciones de la sociedad civil, lucha por el acceso universal a las vacunas, por su declaración como bien público y por la suspensión de las patentes. Un millón de firmas entre los veintisiete estados miembros son las que se necesitan para que la Comisión Europea lo debata en el Parlamento. Frente a la pandemia, no podemos permitirnos que la población mundial quede desprotegida por las barreras económicas y por el ánimo de lucro. Ya hemos superado las 250.000 firmas en toda Europa y las 31.000 en España. Pero necesitamos de vuestro apoyo si queremos que el sueño de Salk sea una realidad en pleno siglo XXI.
El objetivo de esta Iniciativa Ciudadana Europea es modificar la legislación europea para:
- Que se suspendan los derechos de propiedad intelectual, incluidas las patentes, para que no dificulten la accesibilidad o la disponibilidad de cualquier futura vacuna o tratamiento para la COVID-19.
- Que la legislación de la UE sobre los datos y la exclusividad comercial no limite la eficacia inmediata de las licencias obligatorias expedidas por los Estados miembros.
- Que la inversión pública tenga retorno público. Hay que introducir obligaciones legales para que los beneficiarios de los fondos de la UE compartan los conocimientos, el know-how, la propiedad intelectual y/o los datos relacionados con la tecnología sanitaria de COVID-19 en un fondo común de tecnología o patentes.
- Introducir obligaciones legales para los beneficiarios de los fondos de la UE, en materia de transparencia, como los costos de producción e investigación, en cláusulas de accesibilidad, y asequibilidad, como licencias no exclusivas y precios cercanos al coste, etc.
La ICE, junto con otras iniciativas en Europa y en el mundo, ha contribuido a sensibilizar sobre el papel de los monopolios (patentes y exclusividades) en la escalada de precios abusivos de las vacunas y otras tecnologías COVID, en la limitación de producción a las empresas titulares y en la decisión no solo de a quién se vende si no a cuánto, cuándo y en qué cantidad, con obscuros contratos y clausulas secretas[1]. Los monopolios han creado una enorme desigualdad en el acceso en todo el mundo, facilitando la aparición de nuevas variantes y la prolongación de la pandemia con más sufrimiento, muerte, y pérdidas económicas para el conjunto de la sociedad, y una mayor vulnerabilidad para las personas que ya tenían difícil acceso a la salud previo a la pandemia (informes de Caritas y Oxfam [2]) pero con enormes beneficios para las empresas farmacéuticas.
Además, debemos estar preparados ante el riesgo de nuevas pandemias, porque esto no termina aquí. Sin ir más lejos, se acaba de detectar en España tres casos, incluida una muerte, de hepatitis aguda provocada por un nuevo virus zoonótico, el “orthohepevirus C”.
Por eso es importante que nos involucremos en que devuelvan a la ciudadanía en forma de salud lo que se paga con nuestros impuestos. Y para ello, podemos comprometernos y firmar la iniciativa Right2Cure como forma de presión de cara a futuras pandemias.
¡Qué no se lucren con las Pandemias!