¿Adiós a la mutilación genital femenina... en 2030?
Igandea, 5 otsaila 2023Una práctica en camino de eliminación pese a la actuación de la Sande, la sociedad secreta femenina que actúa en 11 países, en su mayor parte africanos. Aquí hay colectivos que reclaman que a las mutiladas se las considere víctimas de violencia sexual y se las atienda en los centros de crisis 24 horas de la Ley del sí es sí
El fin para una de las prácticas más aberrantes para la dignidad de la mujer parece tener fecha, según los más optimistas. Si durante más de 2.000 años se ha mantenido esta tradición cercenante en muchas comunidades, ahora existe la conviccción de que las actuales generaciones verán el adiós de la Mutilación Genital Femenina. Al menos, en eso estamos trabajando, con cierto optimismo, muchas organizaciones, en eliminarla antes de 2030, según el compromiso mundial ODS 5.3.
Si el Objetivo de Desarrollo sostenible ODS 5 lucha por lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y las niñas, tenemos que tener presente que ‘empoderar’ implica poder actuar en una dimensión sexual, reproductiva, económica, de derechos. Claramente no se conseguirá hasta que no erradiquemos completamente la MGF, y pongamos fin a la violencia y prácticas nocivas contra el cuerpo de la mujer.
De los 29 países que siguen practicando la MGF, todos menos dos -Yemen e Irak- están en África. Y lo cierto es que los avances sociales y legislativos en ese continente están siendo enormes. Desde 2016, cuando el Parlamento de la Unión Africana (de carácter consultivo y no jurídico) ratificó la prohibición de la ablación en todo el continente, países como Nigeria, Sierra Leona, Sudán y otros han adoptado medidas prohibitivas. La última en unirse, en 2022, ha sido Liberia, que suspende la práctica de la MGF por ley durante tres años, hasta 2025. Así, su gobierno se compromete a parar todas las actividades de la Sande, la sociedad secreta femenina que actúa en 11 países. A esta organización se la responsabiliza de la ablación de niñas en un país donde el 44% de las mujeres de entre 15 y 49 años están mutiladas, según la organización 28 Too Many.
Aunque la práctica continúa al menos en una veintena de países de la franja de Sahel, desde Somalia hasta Senegal, hay perspectivas de que el objetivo para 2030 sea alcanzable.
El caso de Burkina Faso (donde medicusmundi trabaja desde 1975 tratando de mejorar la Salud Sexual y Reproductiva de las mujeres) también es muy positivo. En 1991 modificó su Constitución para adaptarla a la Declaración Universal de Derechos Humanos, garantizando la igualdad entre las personas, sin discriminación de ningún tipo. Desde 1996 cuenta con una legislación específica que penaliza la realización de la MGF, con penas mayores para el personal sanitario o paramédico, y otras por el hecho de ser cómplices.
La línea estratégica que abordamos en medicusmundi comienza desde la reparación de las secuelas y desde diferentes perspectivas: el ámbito médico, el familiar y social y también el relacionado con la religión. La idea es contar con el conjunto de la población, ya que se está comprobado que los cambios de mentalidad positivos llegan con la correcta información y comprensión de mujeres y hombres, no con la imposición. Para llegar al mayor número de aldeas posibles y en colaboración con el equipo provincial de la mujer, la información se da a conocer a través emisiones radiofónicas y anuncios difundidos a través de radios locales, donde se difunden las actividades que se van a llevar a cabo. Las actividades realizadas en estas campaña de sensibilización han facilitado la difusión del mensaje de Tolerancia Cero hacia esta práctica inadmisible, y también han permitido que llegue a un altísimo número de personas la información sobre las nefastas consecuencias en la salud física y emocional de la mujer, así como la posibilidad de intervención quirúrgica de las fístulas obstétricas cuando se produzcan. Se contribuye con todo ello a un cambio de comportamientos que evitará a medio plazo que se vulneren los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, para lo cual se ha hecho hincapié en buscar la complicidad en estas acciones de diferentes grupos de las comunidades: líderes religiosos y tradicionales, trabajadores sociales y de la salud pública, ejecutoras de escisiones, jóvenes de todos los entornos, jefes de familia, mujeres en general...
Con respecto al personal sanitario (enfermeros, comadronas) que las atiende, hay un periodo formativo en los centros de salud en el ámbito de la identificación y derivación adecuada de casos de secuelas y de fístulas obstétricas con posibilidad de ser reparadas quirúrgicamente. En estas sesiones de formación de personal se ha incluido el enfoque de género y de derechos humanos, ya que el abordaje del problema exige aproximarse a él no como un problema exclusivo de salud, sino como una vulneración de los derechos de las mujeres. Como apoyo, cuentan con una guía que medicusmundi también ha editado sobre la salud sexual y reproductiva en francés dirigida al personal sanitario local, “Genre et Santé Sexuelle et Reproductive”
Pero la globalización, con sus movimientos migratorios cada vez más numerosos, ha hecho que la Mutilación Genital Femenina (MGF) esté en permanente éxodo. En España, hay cerca de 80.000 mujeres residentes que proceden de países con riesgo de práctica de la MGF. Y organizaciones como la Red Estatal 'Libres de Mutilación Genital Femenina' piden al Gobierno un protocolo interinstitucional y multidisciplinar, ya que el único que existe para estas víctimas es el sanitario, que no se revisa desde 2015. Reclama, además, que las víctimas de MGF se puedan acoger a la ‘Ley del Sólo Sí es Sí’, según informaba estos días la agencia de noticias Europa Press. Y proponen que también sean atendidas en los centros de crisis 24 horas creados para las víctimas de violencia sexual, y se conviertan en centros de referencia para las víctimas de mutilación genital femenina.
El esfuerzo para su erradicación es un trabajo conjunto y tenemos que estar preparados con legislación y reformas que protejan la integridad física y otorguen a las mujeres igualdad de derechos. Porque lo que se hace aquí, repercute allí. Involucrando a toda la comunidad política, sanitaria y jurídica conseguiremos alcanzar el Objetivo de desarrollo Sostenible 5.3, “Eliminar todas las prácticas nocivas, como el matrimonio infantil, precoz y forzado y la mutilación genital femenina” .