Desde el comienzo de la pandemia del Covid-19 han sido muchos los países afectados a nivel económico, político y social, con especial crudeza en América Latina. En concreto, en El Salvador, durante el estado de emergencia (del 14 de marzo al 14 de junio de 2020), ha registrado un total de 3.826 casos confirmados y 74 fallecidos, de los que 20 son mujeres.

Las medidas de confinamiento implementadas para contener el avance de la pandemia, la atención a distancia, junto a la convivencia familiar continuada con el agresor, han supuesto mayores limitaciones, para las mujeres que buscan ayuda frente a este tipo de violencia, habiendo dado lugar a la disminución de las denuncias por el miedo a romper la cuarentena y ser recluidas en centros de confinamiento

Por otro lado, a nivel institucional, el confinamiento por el Covid-19 ha dado lugar a un debilitamiento de los servicios públicos y a la paralización de recursos y servicios en relación a la prevención y atención de la violencia de género como los servicios de seguridad ciudadana, la falta de casas de acogida o albergues especializados en este ámbito. Como consecuencia, se produce una menor protección de las mujeres, y particularmente de los colectivos en situación de mayor vulnerabilidad, mujeres en prostitución, mujeres LTBI, personas en desplazamiento forzoso, mujeres adultas mayores, adolescentes y niñas.

Ante esta situación las organizaciones de mujeres en colaboración con la UE-ONU han puesto a disposición de la población, pensando especialmente en las mujeres jóvenes, herramientas tecnológicas, entre las que destacan la aplicación APPFEM y la iniciativa Spotlight, con información sobre legislación, servicios de atención social, jurídica, de salud y policial, para mujeres que han sufrido violencia.

La Fiscalía General de la República había recibido a 16 de mayo un total de 499 denuncias (341 denuncias por violencia sexual y otras 158 por violencia intrafamiliar) durante la cuarentena domiciliaria.

Durante el confinamiento se han identificado tres vulnerabilidades específicas para las mujeres:

1. Aumento de la violencia intrafamiliar, por convivencia con el agresor
2. Déficit de acceso a los servicios de salud, en concreto sexual y reproductiva
3. Las mujeres ejercen la mayor parte del trabajo informal, el más afectado en este contexto de crisis, lo que supone un aumento de vulnerabilidad económica significativo.

Desde medicusmundi La Rioja a través de un proyecto de intervención integral con adolescentes de la violencia sexual, el embarazo y la mortalidad materna en los municipios de El Congo, Coatepeque y Santa Ana en El Salvador tendremos en cuenta las nuevas dimensiones del fenómeno de la violencia de género en el contexto Covid.19 y cómo afectan a la autoestima, el disfrute de los derechos sexuales y reproductivos y a los propios proyectos de vida de la población adolescente.

Entre los recursos que se utilizarán para afrontar las nuevas dimensiones de la violencia de género en adolescentes estará el mapa del impacto socioecológico del Covid-19 propuesto por la Alianza por la niñez y la adolescencia en la acción humanitaria:

Agradecemos la colaboración realizada en la redacción del artículo por Andrés Rodríguez, estudiante de Psicología de la Universidad del País Vasco, en prácticas en la sede de medicusmundi La Rioja.