Nuestra capacidad de proteger la vida y los derechos de las generaciones presentes y futuras de- pende de que tomemos las decisiones correctas ahora: eliminar las emisiones de gases de efecto invernadero, detener la pérdida de biodiversidad y la degradación del medio ambiente, adaptarnos a los riesgos crecientes y dar solución a las pérdidas y daños asociados a los efectos de las crisis. Para evitar más muerte y sufrimiento, una transformación radical es imperiosa.
Como organizaciones humanitarias locales, nacionales e internacionales, nos preocupa seriamente la magnitud de las crisis y nuestra capacidad de dar respuesta a las necesidades crecientes. Estamos decididos a actuar. Tenemos la responsabilidad de trabajar juntos para reducir las consecuencias de las crisis acelerando nuestras propias iniciativas y movilizando a otros a hacer lo mismo.
Esta Carta tiene por objetivo dar impulso y orientación a la acción colectiva para abordar las crisis climática y ambiental, principalmente para aquellos que sentirán su impacto con más fuerza. Sus compromisos deben implementarse a través de los objetivos y planes de acción específicos de cada organización, movilizados por la necesidad de actuar con urgencia y la capacidad y mandato de las organizaciones.
Se guía por la evidencia científica más actualizada y por los objetivos del Acuerdo de París, el Marco de Sendai para la reducción del riesgo de desastres y los Objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas, así como por otras normativas y legislación internacionales pertinentes, incluidos el derecho internacional de los derechos humanos, el derecho internacional humanitario y el derecho internacional ambiental. Complementa las normas humanitarias fundamentales, como el Código de conducta relativo al socorro en casos de desastre para el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y las Organizaciones No Gubernamentales, la Norma Humanitaria Esencial en materia de calidad y rendición de cuentas, la Normativa profesional relativa a la labor de protección y el Manual Esfera.
En conjunto, las organizaciones locales, nacionales e internacionales nos comprometemos a lo siguiente:
1. Fortalecer nuestra respuesta anta las crecientes necesidades humanitarias y ayudar a las personas en la adaptación a los impactos de las crisis climáticas y ambientales.
Reduciremos los riesgos y la vulnerabilidad frente a las conmociones, el estrés y los cambios a largo plazo centrándonos con más profundidad en la adaptación al cambio climático, la reducción de los riesgos de desastres y las medidas anticipativas. Analizaremos y abordaremos el cambio climático y los riesgos ambientales en el entorno rural y urbano de manera integral: en la preparación, respuesta y recuperación. Basaremos nuestros programas y actividades operacionales en sólidos análisis de riesgos. Contaremos con la mejor información y datos científicos disponibles en materia de clima y medio ambiente a corto, mediano y largo plazo. Nos nutriremos de la sabiduría local e indígena.
Daremos nuestro apoyo a quienes estén en mayor riesgo, teniendo en cuenta la influencia de las car- acterísticas individuales, como género, edad y discapacidad, desigualdad estructural y estatuto jurídico, y situaciones como la pobreza, la marginalización, los desplazamientos, la migración, las emergencias de salud pública y los conflictos armados, en las capacidades y vulnerabilidades de las personas.
2. Maximizar la sostenibilidad ambiental de nuestra labor y reducir rapidamente nuestras emisiones de gases efecto invernadero
En consonancia con el principio de no ocasionar daño, evitaremos, minimizaremos y gestionaremos el daño que causemos al medio ambiente y al clima, sin descuidar nuestra capacidad de proveer asis- tencia humanitaria oportuna y basada en principios. Implementaremos políticas ambientales sólidas, que evalúen de manera sistemática el impacto ambiental inmediato y a largo plazo que surja de todas nuestras actividades, incluidos nuestros programas, compras, logística e instalaciones.
Mediremos y reduciremos de manera significativa nuestras emisiones de gases de efecto invernadero siguiendo los objetivos mundiales. Las iniciativas de reducción de emisiones, incluso mediante la con- servación y la restauración de los bosques y las tierras, se complementarán con el apoyo a proyectos de alta calidad de reducción de las emisiones para compensar las emisiones inevitables, pero esto no se considerará un sustituto de nuestras iniciativas. Gestionaremos y utilizaremos los recursos natu- rales, incluida el agua, de manera responsable, y reduciremos y gestionaremos adecuadamente los desechos generados por nuestros programas y en nuestras instalaciones.
3. Acoger el liderazgo de los actores y comunidades locales
Nuestra labor estará guiada por el liderazgo y la experiencia de los actores y las comunidades locales. Les brindaremos nuestro apoyo para que estén mejor preparados para los riesgos cambiantes del clima y el medio ambiente, y aprenderemos, de la sabiduría local e indígena, medidas de mitigación y adaptación, incluidas las soluciones basadas en la naturaleza. Invertiremos en respuestas duraderas adaptadas a las necesidades locales. También procuraremos la participación y liderazgo inclusivos y significativos de los actores locales y de las personas a las que servimos en el diseño, gestión, imple- mentación y evaluación de nuestros programas.
4. Aumentar nuestra capacidad de comprender los riesgos climáticos y ambientales, y definir soluciones basadas en la evidencia
Para fortalecer nuestra capacidad de anticipar las crisis, reducir los impactos y asegurar la sostenibili- dad de nuestras actividades, mejoraremos nuestra comprensión de los riesgos climáticos y oportuni- dades cambiantes a corto y mediano plazo. Cuando sea factible, elaboraremos y compartiremos datos y análisis relevantes y accesibles que ayuden a paliar la escasez de datos. Mejoraremos nuestro uso de la ciencia, la evidencia, la tecnología y la comunicación para abordar estos riesgos en todas nuestras actividades.
5. Trabajar de manera colaborativa en el sector humanitario y en otros para fortalecer la acción climática y ambiental
Mejoraremos la cooperación dentro del sistema humanitario, sobre todo entre los actores locales, nacionales e internacionales. También trabajaremos con las autoridades locales y nacionales, actores ambientales, de desarrollo y de derechos humanos, instituciones financieras internacionales, inves- tigadores, el sector privado, proveedores y donantes para promover la complementariedad y la co- herencia de nuestras iniciativas a fin de gestionar los riesgos y desarrollar intervenciones sostenibles. En particular, compartiremos nuestro conocimiento y aportes para que el desarrollo sea inclusivo, resiliente ante las conmociones climáticas y centrado en las personas.
6. Usar nuestra influencia para movilizar la acción climática y la protección ambiental
Llamamos a la acción urgente y ambiciosa en todos los niveles por parte de gobiernos, organizaciones, el sector privado y los individuos para reducir riesgos y enfrentar las causas y consecuencias de las cri- sis climática y ambiental. Nos comprometemos a informar acerca de las decisiones que se adopten, e influir en ellas, incluso las relativas a la legislación, las políticas, las inversiones, y de los efectos actuales y futuros de las crisis climática y ambiental en el plano humanitario. También ampliaremos nuestros esfuerzos para promover una mejor implementación de la legislación, normas, políticas y planes nacio- nales e internacionales relevantes, para fortalecer la acción climática y la protección ambiental.
7. Elaborar objetivos y evaluar nuestro progreso a medida que ponemos en práctica nuestros compromisos
Haremos evaluaciones rigurosas y elaboraremos informes transparentes sobre el impacto de nuestro trabajo relativo al clima y al medio ambiente, y pediremos retroalimentación de las personas a las que servimos. Tras adoptar esta Carta, plasmaremos nuestros compromisos en objetivos con plazos con- cretos y planes de acción en el plazo de un año (si aún no se hizo), para lo que emplearemos normas y directrices pertinentes. Es probable que los objetivos deban revisarse con regularidad, a medida que nuestras aspiraciones crezcan y nuestro conocimiento y capacidad se desarrollen. La transformación de nuestra modalidad de trabajo conllevará cambios en nuestros enfoques y actitudes, y tendrá costos significativos de transición y mantenimiento. Invertiremos los recursos necesarios para cumplir nues- tros compromisos y apoyarnos mutuamente en el proceso de implementación. El apoyo de nuestros donantes será fundamental.