El Futuro de la Gobernanza en Salud Global: la esperanzadora creciente participación de las mujeres en roles de liderazgo
Viernes,17 enero 2025En la casilla de salida de 2025, la salud global se encuentra ante un futuro prometedor por la creciente participación de mujeres en roles de liderazgo. Porque a pesar de que representan el 70% de la fuerza laboral en el sector sanitario, las mujeres solo ocupan el 25% de esos mismos puestos.
Pero 2025 podría marcar un punto de inflexión en la gobernanza global de la salud, a favor de la equidad de género y la participación de las mujeres en la toma de decisiones. En España, la reciente incorporación de la Ministra de Sanidad, Mónica García, al Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) marca un hito en la representación española en este organismo, tras dos décadas de ausencia. Su presencia en el Consejo Ejecutivo de la OMS simboliza un avance hacia la reducción de la brecha de género en salud, además de reforzar nuestra posición en la gobernanza sanitaria global. La ministra subrayó la paradoja de que, en un sector tan feminizado como el sanitario, haya tan pocas mujeres en puestos de responsabilidad.
A nivel mundial, también se observa el avance de las mujeres en roles de liderazgo. Ngozi Okonjo-Iweala es Directora General de la OMC, Winnie Byanyima , actual Directora Ejecutiva de ONUSIDA; Susana Muhamad, Marina Silva y Alicia Bárcena, están al frente de la Agenda Ambiental de América Latina, etc. Este listado de mujeres ejemplifica pequeñas conquistas, y la representación femenina en posiciones de liderazgo global aún es limitada. Según datos de ONU Mujeres solo 19 países están presididos por una jefa de Estado, y 17 tienen jefas de Gobierno. A este ritmo, la igualdad de género en las más altas esferas de decisión no se alcanzará hasta transcurridos 130 años. Pero la influencia de estas mujeres en puestos de toma de decisiones es determinante para impulsar cambios estructurales que favorezcan una representación más equitativa y una atención sanitaria más inclusiva a nivel global.
Contraste entre restricciones y progreso en 2025
Este recién comenzado 2025 también plantea una dualidad que refleja las complejidades de la equidad de género en el mundo, y que ha ido empeorando en los últimos dos años debido la vuelta de regímenes totalitarios. Y así vemos que mientras algunas mujeres alcanzan puestos de liderazgo clave en la gobernanza global de la salud, en otros contextos, como Afganistán, las mujeres regresan a la marginación más absoluta con prohibiciones que les impiden incluso trabajar y participar en la vida pública. Como Irán, régimen opresor de todos los derechos de mujeres y niñas; como Arabia Saudita, con restricciones legales y de participación social hacia las mujeres; como Somalia, con violencia de género y difícil acceso a educación y salud, así como falta de acceso a servicios básicos y participación social restringida; como la República democrática del Congo, con violencia sexual vinculada a conflictos armados, y falta de recursos básicos, de salud y educación; como India, con violencia sexual y matrimonios forzosos; como Siria, donde la guerra exacerbó la violencia contra las mujeres, incluyendo violencia sexual y explotación. Ahora estamos a la espera de saber cómo evolucionará el nuevo régimen.
Es importante destacar que, aunque estos países y muchos otros presentan graves desafíos para las mujeres, la marginación de género es un problema global que requiere atención, seguimiento y acción en todo el mundo. Porque incluso en los países occidentales hay que estar atentos a la “marcha atrás” de algunos derechos conseguidos, por ejemplo, en derechos reproductivos, como es el caso de Estados Unidos donde, hoy en día, 15 estados tienen prohibido abortar. Y su futuro no es muy esperanzador con la llegada de Trump al poder. Y desde Rusia, Putín y su discurso antiabortista (por la llamada a tener bebés) ha tenido en efectos negativos para las mujeres y sus cuerpos.
Acciones globales para compensar pérdida de poder y visibilidad de millones de mujeres.
Diversas iniciativas y organizaciones buscan compensar estos desequilibrios para cerrar esta brecha. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) trabaja por el liderazgo femenino para transformar el sector de la salud. Y programas internacionales, como la iniciativa Women in Global Health,(WGH), movimiento liderado por mujeres para lograr la equidad de género en la salud global, tiene como objetivo garantizar la paridad de género en organizaciones como la OMS. Otra organización como el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) ha lanzado el Programa de Mujeres Líderes en Salud. Además, la Alianza Mundial para la Salud de la Mujer promueve la colaboración entre partes interesadas para avanzar en soluciones que impulsen la equidad de género en salud (2). Iniciativas como Emerging Women Leaders in Global Health (EDGE) agrupan una comunidad que desarrolla networking, conferencias y programas diseñados para empoderar a mujeres en el liderazgo de la salud global. Y la OMS ha anunciado que aumentará la proporción de mujeres en sus estructuras de liderazgo.
Por otro lado, en países de ingresos bajos y medianos las mujeres están asumiendo roles clave en la definición de políticas de salud. En África, donde las mujeres enfrentan desafíos desproporcionados en términos de acceso a servicios sanitarios, varias ministras de salud están liderando reformas para fortalecer los sistemas de atención primaria. Como Filomena Gonçalves, Ministra de Salud de Cabo Verde. Ella ha sido la figura central en la obtención de la certificación de Cabo Verde como país libre de malaria, un logro histórico en África subsahariana. Su liderazgo ha sido crucial para implementar estrategias efectivas en la lucha contra enfermedades transmisibles. Por su parte Ellen Johnson Sirleaf, como presidenta de Liberia jugó un papel decisivo en la respuesta al brote de ébola en África Occidental. Posteriormente, fue nombrada Embajadora de Buena Voluntad por el Personal de Salud por la Organización Mundial de la Salud (OMS), reconociendo su compromiso con la salud pública y el fortalecimiento de los sistemas sanitarios en contextos de crisis.
Estas líderesas ejemplifican cómo las mujeres están desempeñando roles cruciales en la gobernanza de la salud global, impulsando políticas y reformas que abordan desafíos sanitarios y promueven la equidad en el acceso a servicios de salud. Y confirman el compromiso creciente por parte de la comunidad internacional para promover la equidad de género en la gobernanza de la salud global, reconociendo que un liderazgo diverso y equilibrado es esencial para lograr sistemas de salud más equitativos y efectivos.
El 2025 podría marcar el comienzo de un cambio significativo en la gobernanza de la salud global. La creciente participación de mujeres en roles de liderazgo no solo es una cuestión de justicia, sino también de eficacia y sostenibilidad.