Un grupo de profesionales sanitarios de medicusmundi viajan a Burkina Faso para planificar una futura colaboración con el personal sanitario local.
Miércoles,27 julio 2016Un nutrido grupo de ginecólogas, matronas y enfermeros se desplazan a la Maternidad de FadaNGourma al este del país para conocerlo y estudiar los problemas específicos ligados a la salud materno infantil en la zona este del país. El objetivo es planificar una futura colaboración con el personal sanitario local e intentar mejorar los indicadores de salud materna en la región.
Burkina sigue teniendo un gravísimo problema de salud pública en el sector materno infantil. Ese problema se agrava en las zonas rurales donde asciende el índice de mortalidad a más del doble que en las zonas urbanas, ya que hay un ginecólogo para un millón y medio de habitantes en el hospital de referencia. A esto hay que añadir el grave problema de inseguridad en las zonas fronterizas con Níger, que dificulta y a veces impide el traslado de personas. El caso de la región del Este, donde MMA trabaja desde finales de 2014 con el programa cofinanciado por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID), es un vivo retrato de la carencia de un enfoque integral de salud que tenga en cuenta no sólo la parte médica y asistencial, sino otros indicadores como la territorialización y feminización de la pobreza; el deficiente acceso al agua y al saneamiento básico o las limitaciones culturales que sufre la mujer para el pleno ejercicio de sus derechos sexuales y reproductivos, entre muchos otros.
Pero aún si ponemos nuestra atención solamente en la parte médico-asistencial, salta a la vista la necesidad de este enfoque integral. Corregir esta carencia a veces es menos cuestión de dinero y más de metodología. El proceso reciente de reformulación del programa financiado por la AACID, y que se lleva a cabo en la región del Este, puso de manifiesto la extrema conveniencia de conectar nuestros tres ejes de trabajo para que cada uno de ellos complementase con lógica a los demás: la formación de agentes de salud en activo; el refuerzo de las capacidades formativas y materiales de la Escuela Nacional de Salud Pública, que prepara a gran parte de los futuros agentes, y el equipamiento y construcción de infraestructuras. Más allá de ello, la reformulación también puso en evidencia la necesidad de promover el diálogo y la negociación abierta entre las distintas contrapartes beneficiarias de las actividades, en un esfuerzo por encontrar puntos de sinergia, convergencia y complementariedad en la consecución del objetivo final, que no es otro que reducir la mortalidad materno-infantil y promover el derecho a la SSR.
Pero aún si ponemos nuestra atención solamente en la parte médico-asistencial, salta a la vista la necesidad de este enfoque integral. Corregir esta carencia a veces es menos cuestión de dinero y más de metodología. El proceso reciente de reformulación del programa financiado por la AACID, y que se lleva a cabo en la región del Este, puso de manifiesto la extrema conveniencia de conectar nuestros tres ejes de trabajo para que cada uno de ellos complementase con lógica a los demás: la formación de agentes de salud en activo; el refuerzo de las capacidades formativas y materiales de la Escuela Nacional de Salud Pública, que prepara a gran parte de los futuros agentes, y el equipamiento y construcción de infraestructuras. Más allá de ello, la reformulación también puso en evidencia la necesidad de promover el diálogo y la negociación abierta entre las distintas contrapartes beneficiarias de las actividades, en un esfuerzo por encontrar puntos de sinergia, convergencia y complementariedad en la consecución del objetivo final, que no es otro que reducir la mortalidad materno-infantil y promover el derecho a la SSR.