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" No dejéis de sonreír tras la mascarilla"

Ese es el mensaje que trasmitía a sus compañeras la doctora Eva Gutiérrez Pérez cuando cayó por la Covid-19 tras estar en primera línea. Le tocó enfrentarse al virus e ir de casa en casa para atender a personas asustadas, enfermas y solas. Hoy ella está sana. Pero el número de muertes de trabajadores sanitarios debido a la pandemia asciende a más de 17.000 en el mundo: muere uno cada 30 minutos.

Este es nuestro homenaje en reconocimiento a la dedicación y el sacrificio del personal de la salud en la lucha contra una pandemia que ha llevado al límite a los sistemas sanitarios del mundo entero. Razón por la cual la OMS ha declarado 2021 Año Internacional del Personal de la Salud. 

Millones de personas se dedican en el mundo a los servicios de salud. Este sector engloba a médicos y médicas, enfermeras y enfermeros, matronas, farmacéuticos y farmacéuticas, fisioterapeutas, trabajadores y trabajadoras de la salud mental, de la asistencia social, de la salud ocupacional y de laboratorio. Esto en cuanto al sector profesional. Fuera queda  un colectivo invisible que se dedica a cuidar personas enfermas, personas mayores o a niños y niñas.

A Eva Gutiérrez Pérez, médico de familia y voluntaria de medicusmundi, nos contaba su experiencia al principio de la pandemia a través de su trabajo en Urgencias extra-hospitalarias :”Tenía que tragarme las lágrimas cuando comunicaba a un familiar que tal vez su madre tuviese la enfermedad y estallaba en un gemido de dolor.... Seria, detrás de una mascarilla, una bata, y unas gafas, tratando de seguir protocolos, con miedo a contagiarme y a transmitirlo, y tras valorar a ese abuelo o a esa abuela a la  que le cuesta respirar, descubres que más que una botella de oxígeno, lo que necesita es un poco de humanidad en la asistencia, y le regalas unas palabras de consuelo, un apretón de manos con el guante, y la mejor de tus sonrisas a través de la mascarilla que es la mejor medicina en esos momentos. Lo aprendí en los campos de refugiados de Tesalónica y de Lesvos: a repartir paracetamol con amor, con la humildad de ser un médico de familia que se debe a sus pacientes”.

La pandemia de Covid-19 puso aún más de relieve la importancia crítica de la seguridad en el trabajo para la salud física y mental del personal sanitario. El estrés y el agotamiento también han contribuido a minar su salud mental, ya de por si sobrecargados de trabajo por la falta de personal

Begoña Seguí, enfermera desde hace 24 años y curtida en UCIs y en voluntariados con medicusmundi en Mozambique comenta: “Dentro del problema de falta de recursos humanos en la profesión sanitaria que afecta al mundo entero, la falta de personal de enfermería es posiblemente la más importante. Y no hay unas expectativas de mejora. El informe del "Tercer Foro Mundial sobre Recursos Humanos para la Salud" estimaba que para 2035, el déficit de enfermería en el mundo alcanzará los 12,9 millones”.

Este déficit de personal sanitario tiene muchas consecuencias. El personal de enfermería es el único contacto disponible siempre, luchando contra la escasez de recursos y de capacitación, para dar respuesta a las necesidades de la población en muchos lugares remotos del planeta. A veces incluso encuentran grandes dificultades para ser pagados regularmente, lo que provoca una migración masiva de la zona rural a la urbana, o de los países más pobres a los más ricos, teniendo que abandonar los lugares donde es más necesario su trabajo. Esto hace que, por ejemplo, en Uganda haya una ratio 40 veces menor de personal de enfermería que en Estados Unidos, país que recibe profesionales africanos para cubrir sus necesidades. Con respecto al personal de personal de salud sexual, reproductiva, materna, neonatal y de adolescentes existe una escasez mundial de 1,1 millones de trabajadores de la SSRM, siendo la mayor escasez (900.000) la de matronas, según un informe elaborado por el UNFPA, la Confederación Internacional de Matronas (ICM), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Novametrics. Se prevé que muchos países, incluidos los de ingresos altos, no dispondrán de suficientes trabajadores de SSRM para satisfacer la demanda en 2030. La Covid-19 ha reducido la disponibilidad de personal sanitario, y es necesario priorizar el acceso a los servicios de SSRM en un entorno seguro a pesar de la pandemia. Los grupos "dejados atrás" requieren una atención especial para garantizar su acceso a la sanidad por parte de profesionales cualificados.

Lurdes Pérez, Trabajadora Social y voluntaria de medicusmundi se enfrentó a la pandemia también en primera línea desde el centro de Salud en Madrid como parte de los equipos de Atención Primaria: “Al principio las Trabajadoras Sociales estuvimos en las acciones de cribaje en las puertas de acceso a los Centros Sanitarios. Después fuimos retomando nuestras funciones propias de apoyo a enfermos y a los familiares en los momentos más duros emocionalmente. También formamos parte en las tareas de rastreo, ya que nuestro conocimiento de la institución, de las aplicaciones y nuestra formación específica con habilidades en la comunicación y contención era un perfil perfecto para esa labor. Pero yo, personalmente, me he sentido desaprovechada porque hasta que no se abrieron los hoteles sanitarizados y ampliaron los recursos externos de residencia y ayuda a personas en situación de calle, no se nos nombra en los protocolos de actuación. Creo que realmente se nos podía haber aprovechado más dándonos más funciones. Los Trabajadores Sanitarios les seguimos ofreciendo la atención socio sanitaria que les pueda ayudar en su tránsito por estos difíciles momentos y su resilencia para continuar en el proyecto de vida.”

Desde Guatemala Juana Millán, tras 27 años como enfermera en áreas rurales y colaboradora de medicusmundi, nos comenta que al sistema de salud de Guatemala, históricamente lo ha sostenido el personal de enfermería y el sanitario en general:” La situación actual de enfermería en Guatemala requiere más personal con el grado de licenciatura y maestría, aumentar la calificación de las enfermeras licenciadas, retomar el rol en la atención primaria de salud para brindar cuidados de prevención y promoción de la salud, ejercer una gestión de gerencia social con funciones de practica avanzada, basada en la evidencia y sin olvidar los principios de equidad, solidaridad y subsidiariedad”.

Este año se cumple el décimo aniversario del Código de Prácticas Mundial de la OMS sobre la Contratación Internacional del Personal Sanitario. Durante la 73ª Asamblea Mundial de la Salud los Estados Miembros expresaron su compromiso con los principios éticos y las prácticas del Código. Especialmente en el contexto de la Covid-19, el Código ha adquirido una gran importancia y se pide que se revise y refuerce su aplicación. Así mismo se insta a priorizar apoyo para los países con mayor vulnerabilidad, incluyendo una mayor inversión económica. medicusmundi está involucrado desde 2015 en una campaña de sensibilización e incidencia (HealthWorkers for all) que ya entonces alertaba de la escasez de personal sanitario en todo el mundo, en cómo afecta al funcionamiento de los sistemas de salud y a la salud mundial. La base de este proyecto es el Código de Prácticas de la OMS que hoy reclama un mayor protagonismo para proteger al personal sanitario. Desde la OMS se pide trabajar en mejorar sus condiciones laborales, invertir en su formación, ampliar sus funciones y proteger su salud y su bienestar de acuerdo con lo desarrollado en el Código de Prácticas Mundial de la OMS. Sólo así se podrá mantener la sonrisa detrás de la mascarilla, la mejor medicina de todas.